Si pensabas que el fútbol universitario era territorio apolítico, piénsalo nuevamente. Los Wildcats de Arizona en 2018 no solo lucharon en el campo, sino que también se encontraron inmersos en las tensiones de una nación dividida. El entrenador Kevin Sumlin, recién llegado a Tucson, se encontró en el centro de un equipo ansioso por restaurar su reputación. ¿Qué necesitaron los Wildcats para revitalizar su espíritu competitivo? Trabajo duro, una pizca de creatividad en la estrategia, y mucho está por aprenderse al observar cómo se entrelazan deporte y política.
La temporada del 2018 resultó como una montaña rusa: emociones intensas, juegos en el Arizona Stadium con audiencias esperando nada menos que victorias, y jugadores dispuestos a dar cada onza de energía. Sumlin, un hombre con una misión clara, se enfrentó al desafío de devolver a los Wildcats al camino de la rectitud. Los dividendos más que cuantiosos de su estilo no tomaron mucho en aparecer; sus tácticas agresivas, aunque no sin controversia, consiguieron algunos resultados inesperados en la escena del Pac-12.
Por supuesto, el enfoque de Sumlin no fue del agrado de todos, especialmente de aquellos que creen que el deporte debería ser un refugio apolítico. Los Wildcats, aunque no perfectos, lograron plantarse ante equipos de alta categoría, demostrando que el talento joven bien dirigido puede competir en las más grandes plazas del fútbol americano. No obstante, con algo más de refinamiento táctico, la temporada podría haberse recordado de una manera distinta.
Los cambios en el personal y el enfoque en el desarrollo de nuevos talentos se convirtieron en el pilar de la estrategia del equipo. La coordinación entre el mariscal de campo y sus receptores mejoró visiblemente, y talentos como Khalil Tate brillaron bajo el nuevo sistema de Sumlin. Sin embargo, la defensa aún dejaba mucho que desear, reflejo del trabajo pendiente en construir una muralla que supiera frenar a los rivales más fuertes del país.
A lo largo del 2018, muchos juegos terminaron siendo campos de batalla épicos donde la estrategia de Sumlin fue puesta a prueba una y otra vez. La difícil derrota en el Territorial Cup ante Arizona State fue un recordatorio del largo camino aún por recorrer. Quizás, si más oficiales entendieran la importancia de enfatizar el mérito y el esfuerzo personal en lugar de caer en políticas divisorias, hubiésemos visto un escenario distinto.
Las emociones dentro y fuera del campo formaron parte ineludible de esta dinámica. Los Wildcats de Arizona no solo se enfrentaron a oponentes físicos sino también a ideologías conflictivas. En una década donde los jugadores, a menudo, son vistos como figuras políticas, el fútbol se ha convertido en una especie de escenario social donde batallas ideológicas brotan con regularidad.
¿Y acaso no es cierto que tiempos difíciles ayudan a forjar el carácter? Pregúntale a cualquier jugador de los Wildcats de Arizona después de su experiencia en 2018. No se trata solamente de victorias o derrotas; también involucra la evolución personal y profesional bajo la dirección de un entrenador con fuertes convicciones.
La esperanza de que 2019 pudiera ser mejor estaba latente en todo defensor del equipo. Los Wildcats concluyeron la temporada 2018 con ánimos mixtos, pero con la certeza de que el talento emergente y la cohesión del equipo en momentos críticos eran su mayor atributo. Para Sumlin y su equipo, 2018 fue un año de aprendizaje intenso e introspección. Capítulo vital de una narrativa que aún continúa escribiéndose.
La temporada de los Wildcats de Arizona 2018 es un recordatorio de que el verdadero deporte corre paralelo al entramado social que vivimos. Que los valores de esfuerzo, dedicación y perseverancia deben siempre ser el fundamento central, independientemente de lo que diga la voz popular que se encuentra eclipsada por narrativas menos instructivas. Sus esfuerzos no pasarán desapercibidos, y su historia seguirá siendo inspiración para muchos. Quién sabe, quizá en un futuro no muy lejano, los Wildcats de Arizona redefinan de nuevo la esencia del fútbol universitario.