Cuando piensas que el deporte universitario ya no puede ser más emocionante, llega el equipo de baloncesto femenino Golden Eagles de Oral Roberts de la temporada 2020-21 para demostrarte lo contrario. Este equipo fue un ejemplo claro de cómo la dedicación y la estrategia pueden llevar al éxito en tiempos difíciles. Liderado por Misti Cussen, las Golden Eagles demostraron que el ímpetu tontamente atribuido a la superioridad masculina en el deporte es solo un mito urbano. Este grupo de mujeres rompió moldes y expectativas y, por supuesto, pisó algunos callos mientras lo hacía.
Para entender quiénes son las Golden Eagles de 2020-21, hay que mirar el contexto. Un equipo de la Universidad Oral Roberts en Tulsa, Oklahoma, estas mujeres no sólo representaron su institución sino también a todas aquellas jugadoras que piensan que el deporte no debe verse limitado por prejuicios o agendas políticas de moda. Cuando el mundo estaba paralizado por una pandemia, el equipo se entrenaba en condiciones arduas, pero más allá de la adversidad, sus esfuerzos culminaron en una temporada memorable. Que se preparen los progresistas, porque el éxito no se mide con discursos vacíos sobre igualdad sino con resultados.
La temporada que estas mujeres protagonizaron fue un despliegue de muñeca fina y triples impresionantes que dejaron atónitos a sus rivales más experimentados. Entre partidos intimidantes y rivales difíciles, las Golden Eagles se enfrentaron a equipos de otras universidades que estaban igual de hambrientos por los mismos títulos. Sin embargo, el valor y la unión de las chicas de Oral Roberts fueron un factor decisivo.
Durante la temporada, un nombre brilló intensamente: Keni Jo Lippe. Esta jugadora, con su tenacidad y fuerza, fue una razón clave por la cual las Golden Eagles volaron tan alto. Siempre en pie de lucha y lista para cualquier desafío que pudieran lanzarle las rivales, Keni Jo encarna lo mejor de lo que este equipo representa: pasión por el juego, determinación y una ética de trabajo insuperable. Claro, algunos dirán que el talento natural es la razón, pero olvidan que detrás del talento hay horas infatigables de trabajo y esfuerzo.
Y por si necesitas más razones para admirar a este equipo, está la versatilidad de sus jugadoras. No se limitaron a un solo estilo de juego. Fueron capaces de adaptarse a diferentes estrategias durante la temporada. Desde defensas cerradas hasta ataques implacables, las Golden Eagles lo dieron todo y defendieron cada centímetro de la cancha. Esta flexibilidad es algo que debería ser un punto de referencia, pero rara vez lo es para los que prefieren centrarse en divisiones.
Claro, tuvo que haber algún escándalo para poner a estas chicas en el punto de mira de los liberales que adoran hacer de las suyas. Cualquier éxito que no encaje con su narrativa siempre se convierte en objeto de crítica. Y es que las mujeres del equipo Golden Eagles de Oral Roberts han desafiado constantemente los roles tradicionales, no con palabras huecas, sino con pura acción en el campo de juego. Mientras haya un balón y un aro, puedes esperar que estas mujeres hagan historia, aunque esto moleste a más de uno.
En términos de mérito puro, este equipo merece un respeto absoluto. Muchas podrían aprender una o dos cosas de estas jugadoras sobre cómo superar retos y mantenerse concentradas en sus metas. Es el talento y el trabajo lo que realmente definen el éxito, no las etiquetas ni las ideologías. Este es un equipo que no solo juega baloncesto; están aquí para romper barreras.
El legado de las Golden Eagles de Oral Roberts 2020-21 es uno que dejará una huella indeleble en la historia del baloncesto femenino. Su valentía, su habilidad y su resistencia son un llamado a todas las que sienten que el deporte no es lugar para ellas. Se equivocan, porque aquí tienen un ejemplo viviente de que todo es posible con la determinación adecuada. A las Golden Eagles, que continúan volando alto, independientemente del ruido de fondo.