Entonces ¿Qué? Una mirada desde la trinchera conservadora

Entonces ¿Qué? Una mirada desde la trinchera conservadora

Un análisis conservador del presente en el mundo siempre cambiante de 2023, donde las realidades tradicionales chocan con agendas progresistas.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¿Quieres saber qué es lo que realmente está sucediendo en nuestro querido país? Entonces ¿qué?... Un repaso conservador por el caos actual. En el bullicioso escenario político de hoy, es evidente que el mundo del "entonces ¿qué?" es protagonizado por quienes están atrapados entre las realidades del sentido común y el absurdo progresista. Es 2023, y mientras unos buscan respuestas en lugares equivocados, otros intentamos enfrentar la verdad con una dosis de realidad. La respuesta comienza aquí: ¿qué hace una nación fuerte? Los valores tradicionales, la unidad, y una economía pujante. Aquellos que miran hacia otros horizontes con sensibilidad, deberían recordar que un país se construye desde adentro, no desde proyectos circunstanciales que solo sirven para dividir.

La economía, siempre el gran elefante en la sala, es la clave. Mientras unos hablan desde el idealismo, nosotros hablamos desde los números reales. El exceso de gasto público es insostenible. Realidades como la inflación no se solucionan con cheque en blanco. Invitar a la intervención del gobierno en cada eslabón de la cadena económica es el camino equivocado. Los subsidios bien pueden parecer soluciones, pero son plumas de tintero que cuando se acaban, no generan más que frustración. ¿Entonces qué? Vamos por la inversión privada, vamos por liberar el mercado de las cadenas burocráticas que lo asfixian. Libertad económica verdadera, no simples promesas de campaña.

Hablando de seguridad, la realidad es que necesitamos un enfoque más firme. La impunidad y la falta de mano dura generan caos. Las ciudades se convierten cada vez más en campos de batalla pintados de políticas débiles y relatos que son políticamente correctos. No es correcto resignarse, la seguridad es una prioridad. Excluir a las fuerzas de seguridad del debate es cortarse las alas. No, no confiamos en las disculpas de quienes ignoran el problema. Exigimos acción, exigimos resultados tangibles. El "entonces ¿qué?" es proteger a los ciudadanos, no refugiarse en excusas o trasladar culpas.

Y hablemos claro sobre la educación. La educación desde edades tempranas debería enfocarse en matemáticas, ciencias, lectura y escritura, no en ideologías momentáneas que no aportan al verdadero conocimiento. El pensamiento crítico se forma con hechos, no con ficción pautada. Mientras algunos insisten en decorar el sistema educativo con detalles superficiales, las futuras generaciones quedan desprotegidas. "Entonces ¿qué?" es exigir de vuelta la excelencia y establecer bases sólidas para las nuevas generaciones. Decir la verdad no es ofender, es simplemente prevenir un futuro oscuro.

Sobre la cultura del trabajo, se impone un regreso a los valores que forjaron a los grandes. El trabajo merece respeto, el esfuerzo debe ser recompensado y, como sociedad, el espíritu emprendedor es lo que avanza y no lo que compromete. La cultura de dar lo mínimo es contraproducente. ¿Entonces qué? La dignidad del trabajo, el orgullo de construir desde cero. Porque cada empleo es importante, y minimizarlo es una bofetada al esfuerzo que levantó naciones enteras.

Los lazos familiares son los cimientos. Los ataques contra la familia representan una amenaza para el futuro de nuestra sociedad, punto. No necesitamos de fuerzas externas que nos indiquen qué es mejor para nuestras familias ni cómo debemos criar a nuestros hijos. La parentalidad es un derecho, no un tema de debate. "Entonces ¿qué?" es simple: Más familia, más fortaleza.

La identidad nacional está bajo ataque, pero es indispensable para mantenerse firme ante las presiones externas. Amar al país no es un delirio patriotero, es reconocer lo que nos une. Basta de divisiones innecesarias pintadas de arcoíris, la unidad sobrepasa colores y tendencias. "Entonces ¿qué?" para aquellos que lo duden: Unir, fortalecer y enorgullecernos de lo que somos. Con orgullo, declaro que nuestras raíces son profundas y debemos preservarlas, no borrarlas al ritmo de agendas foráneas.

Así que, asegúrate de preguntar "entonces ¿qué?" la próxima vez que te presenten propuestas utópicas que ignoran la realidad. Porque cuando las aguas se calmen, cuando las mascarillas se caigan y las luces de la cámara se apaguen, ¿a quién le preguntaremos? Nosotros ya sabemos la respuesta.