¡Elizabeth Farians y su Revolución inusual!

¡Elizabeth Farians y su Revolución inusual!

Elizabeth Farians fue una feminista rebelde que sacudió la Iglesia Católica en los años 60, criticando su jerarquía masculina y abogando por la igualdad de género.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Elizabeth Farians: la mujer que decidió que la religión católica necesitaba un cambio al estilo revoltoso ¡allá por los años 60! Farians, una feminista de pura cepa, irrumpió en una iglesia que, para muchos, parecía de roca sólida. Pero, quién iba a imaginar que esta mujer, nacida en Nueva Jersey en 1923, provocaría polémica en una organización conocida por sus tradiciones eternas y su devoción incuestionable. Farians, desde su posición, criticaba la supremacía masculina dentro de la jerarquía eclesiástica y abogaba por el aborto y otros temas que hicieron fruncir el ceño a más de uno.

Ahora bien, hay quienes dirían que ella tenía las ideas “correctas” para su tempo. Pero, a ver, ¿qué tan correcto es desafiar a instituciones centenarias? Porque aquí no hablamos de un cambio de vestimenta o de música; Elizabeth, con una pizca de rebeldía, exigía nada menos que igualdad de género en los roles más sagrados del catolicismo. Algunos la aplaudían como la heroína del feminismo cristiano, mientras que a otros no les hacía gracia que cuestionara dogmas que mantenían la estabilidad del orden católico.

¿Y qué sería una revolución sin su grupo de seguidores? Pues, así como los Beatles tenían su 'invasión británica', Elizabeth Farians encabezó el 'movimiento por la igualdad'. Fue cofundadora de la Coalición de Mujeres eclesiásticas y fundadora de las Católicas por el Derecho a Decidir. Un nombre que, para muchos católicos de entonces y ahora, sonaría más bien como un oxímoron. Pero para Farians, la libertad de decisión debía ir de la mano con la fe, argumentando que ninguna fe debería encadenar la libertad personal.

La historia de Elizabeth Farians es un recordatorio de que no importa cuánto ocultes la disidencia bajo capas de dogma y tradición; siempre habrá alguien que esté dispuesto a levantar la alfombra. Su carrera no estuvo exenta de antagonismo. Promover el diálogo sobre la ordenación femenina en los años 70 era un tema candente, algo que provocaba incomodidad. Sus ideas avanzadas lo hicieron. Pero la sociedad se resistía al cambio con uñas y dientes, y Farians se encontró en el fuego cruzado.

Además, hay que decirlo, su férrea postura proabortista no solo irritaba las velas al altar, sino también muchos sentimientos en la iglesia de entonces. Este tabú, claro está, no fue permeable a sus argumentos. Pero eso no le impidió levantar su voz - aunque fuese en la 'dirección equivocada' según algunos - siempre se mantuvo fiel a sus creencias.

Destacaba su habilidad para llevar su mensaje a través del periodismo y la docencia. Entendía la importancia de educar, narrando la historia de mujeres que rompieron el molde en un ámbito tomado por hombres por siglos. Ciertamente, nadie podía negarle a estas figuras el espacio que merecían en la historia religiosa. ¿Y quién dijo que cambiar paradigmas era tarea fácil?

Pese al choque ideológico que causó, no se puede negar la huella que Elizabeth Farians dejó. Desafiar autoridades y sistemas inamovibles puede ser visto como una virtud por algunos y como una insensatez por otros. Su legado inspira un sinfín de debates que aún resuenan en los rincones religiosos y progresistas. La izquierda quizá la vea como una revolucionaria, mientras que otros podrían considerarla una provocadora.

Elizabeth Farians murió en 2013, pero las ideas que sembró aún tienen ecos en la actualidad. Su vida es un testimonio de cómo los ideales personales pueden retar hasta las instituciones más sólidas, y cómo una sola persona, armada con convicción, puede al menos agitar las aguas, incluso en las más antiguas de las tradiciones. Su historia es un ejemplo de que las vacas sagradas también pueden cuestionarse, o al menos, eso pensaría ella.