La Farsa del Tratamiento Real: Una Comedia Romántica que No Convence
En enero de 2022, Netflix lanzó "The Royal Treatment", una comedia romántica que prometía ser el cuento de hadas moderno que todos esperábamos. La película, dirigida por Rick Jacobson y protagonizada por Laura Marano e Iván Massagué, se desarrolla en un ficticio reino europeo donde una estilista de Nueva York se encuentra con un príncipe en busca de amor verdadero. Pero, ¿realmente necesitamos otra historia de amor predecible y azucarada? La respuesta es un rotundo no.
Primero, hablemos de los personajes. La protagonista, Izzy, es una estilista de Nueva York que, por alguna razón inexplicable, termina en un reino europeo para peinar al príncipe Thomas. ¿Por qué una estilista de Nueva York? ¿No hay estilistas en Europa? Parece que la película quiere hacernos creer que solo los estadounidenses pueden salvar el día, una noción bastante arrogante. El príncipe Thomas, por su parte, es el típico galán de cuento de hadas, sin profundidad ni desarrollo real. Su único conflicto es elegir entre el deber y el amor, un dilema tan trillado que ya ni siquiera emociona.
La trama es tan predecible que podrías adivinar el final con los ojos cerrados. Desde el momento en que Izzy y Thomas se conocen, es evidente que terminarán juntos. La película sigue el mismo camino desgastado de todas las comedias románticas: un encuentro fortuito, un malentendido, una separación temporal y, finalmente, una reconciliación. No hay sorpresas, no hay giros inesperados, solo una fórmula repetida hasta el cansancio.
El guion es otro punto débil. Los diálogos son superficiales y carecen de ingenio. Las bromas son forzadas y, en su mayoría, no logran arrancar ni una sonrisa. La película intenta ser graciosa, pero falla estrepitosamente. En lugar de ofrecer un humor inteligente, se conforma con chistes fáciles y situaciones absurdas que no aportan nada a la historia.
La ambientación y el diseño de producción tampoco ayudan. El reino ficticio parece sacado de un catálogo de turismo barato, con castillos de cartón y paisajes que no convencen. La falta de autenticidad es evidente, y en lugar de transportarnos a un mundo mágico, nos deja con la sensación de estar viendo una obra de teatro escolar.
Por último, la dirección de Rick Jacobson no logra salvar la película. La narrativa es torpe y carece de ritmo. Las escenas se suceden sin cohesión, y el resultado es una película que se siente más larga de lo que realmente es. La falta de visión y creatividad es evidente, y el producto final es una película que no logra destacar en ningún aspecto.
"The Royal Treatment" es un ejemplo perfecto de cómo no hacer una comedia romántica. Es una película que no aporta nada nuevo al género y que se conforma con reciclar clichés y fórmulas desgastadas. En un mundo donde el entretenimiento de calidad es cada vez más accesible, esta película es una pérdida de tiempo. Si buscas una historia de amor que realmente te conmueva, mejor busca en otro lado.