¿Por qué "El Lorax" es una amenaza para el sentido común?

¿Por qué "El Lorax" es una amenaza para el sentido común?

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¿Por qué "El Lorax" es una amenaza para el sentido común?

"El Lorax", la película animada de 2012 dirigida por Chris Renaud y Kyle Balda, es un ejemplo perfecto de cómo Hollywood intenta adoctrinar a las mentes jóvenes con su agenda ambientalista. Basada en el libro de Dr. Seuss, la historia se centra en un joven llamado Ted que vive en una ciudad donde todo es artificial. Ted busca un árbol real para impresionar a una chica, y en su búsqueda, se encuentra con el Once-ler, quien le cuenta cómo destruyó el bosque y despertó al Lorax, el guardián de los árboles. La película se desarrolla en un mundo ficticio, pero su mensaje es claro: el capitalismo y la industria son los villanos, y la naturaleza es la víctima indefensa.

Primero, hablemos de la demonización del capitalismo. "El Lorax" presenta a los empresarios como codiciosos y destructivos, sin mostrar los beneficios que la industria ha traído a la sociedad. La película ignora cómo el progreso económico ha mejorado la calidad de vida de millones de personas. En lugar de eso, se enfoca en un mensaje simplista de que todo lo natural es bueno y todo lo industrial es malo. Este tipo de narrativa es peligrosa porque enseña a los niños a desconfiar de la innovación y el progreso.

Segundo, la película promueve una visión utópica de la naturaleza. En "El Lorax", los árboles y los animales son presentados como seres casi mágicos que deben ser protegidos a toda costa. Sin embargo, en el mundo real, la relación entre la humanidad y la naturaleza es mucho más compleja. La agricultura, la construcción y otras actividades humanas son necesarias para nuestra supervivencia. Pero "El Lorax" no aborda estas complejidades; en su lugar, ofrece una visión simplista que no refleja la realidad.

Tercero, el mensaje de "El Lorax" es un ataque directo a la responsabilidad personal. En lugar de enseñar a los niños a ser responsables y a tomar decisiones informadas, la película sugiere que el problema es siempre "el otro". Es fácil culpar a las grandes corporaciones y a los empresarios, pero ¿qué hay de las decisiones individuales? ¿Qué hay de la responsabilidad de cada persona de cuidar su entorno? "El Lorax" no aborda estas cuestiones, prefiriendo en su lugar un enfoque de "nosotros contra ellos".

Cuarto, la película utiliza el miedo como herramienta de persuasión. Al mostrar un mundo devastado por la codicia humana, "El Lorax" intenta asustar a los niños para que adopten su agenda. Este tipo de tácticas son manipuladoras y no tienen lugar en el entretenimiento infantil. Los niños deberían ser educados con hechos y lógica, no con miedo y propaganda.

Quinto, "El Lorax" es un ejemplo de cómo la cultura popular puede ser utilizada para promover una agenda política. La película no es solo una historia para niños; es un vehículo para transmitir un mensaje ideológico. Esto es preocupante porque los niños son impresionables y pueden aceptar estos mensajes sin cuestionarlos. Los padres deben estar atentos a lo que sus hijos están viendo y asegurarse de que están recibiendo una educación equilibrada.

Sexto, la película ignora las soluciones reales a los problemas ambientales. En lugar de promover la innovación tecnológica y las soluciones de mercado, "El Lorax" aboga por un regreso a un pasado idealizado donde la naturaleza es intocable. Este enfoque es poco realista y no aborda los desafíos reales que enfrentamos hoy en día. Necesitamos soluciones prácticas, no fantasías.

Séptimo, "El Lorax" es un recordatorio de que debemos ser críticos con lo que consumimos. No todo lo que se presenta como entretenimiento es inofensivo. Las películas, los libros y otros medios pueden tener un impacto significativo en cómo pensamos y vemos el mundo. Es importante cuestionar los mensajes que se nos presentan y no aceptar todo al pie de la letra.

En resumen, "El Lorax" es más que una simple película para niños. Es un intento de adoctrinamiento que presenta una visión distorsionada del mundo. Al demonizar el capitalismo, promover una visión utópica de la naturaleza, y utilizar el miedo como herramienta, la película falla en proporcionar una educación equilibrada y realista. Es crucial que estemos atentos a estos mensajes y que eduquemos a las futuras generaciones con hechos y lógica, no con propaganda.