¿Te has preguntado qué está haciendo Hollywood para llenar nuestras mentes de alarmismo y pesimismo? "El Futuro Cercano" es una de esas películas que, camuflada de obra maestra de la ciencia ficción, intenta vendernos un futuro sombrío que ciertamente no vemos desde nuestra óptica realista. Y es que, para los creativos de izquierda que creen que el mundo se va a terminar mañana, nada mejor que una cinta que empuja sus ideologías como si sirviera para algo.
¿Qué es lo que nos enseña esta película? Para empezar, nos encontramos en un mundo que se derrumba, como si lo que necesitamos en estos tiempos de crisis es una historia sobre más crisis. El protagonista, un hombre cualquiera, representa a esa camada de gente que cree que cualquier acción individual es más poderosa que la colectividad. La cinta nos deja ver su trayecto, un intento vano de héroe solitario intentando salvar lo insalvable, un reflejo directo del individualismo y, a mi parecer, una crítica velada al capitalismo.
La estética es simplemente espectacular. No se puede negar que, a nivel visual, la producción invierte bien. Pero detrás de los reflejos de neón y los desolados paisajes urbanos, se oculta una agenda que susurra a los oídos de quienes caen en su trampa. El mundo está al borde del colapso y, al parecer, todo es culpa de las sociedades con políticas conservadoras. ¡Vaya sorpresa! Pero tenemos que ahondar más en esta narrativa para entender su alcance dañino.
El creador de "El Futuro Cercano", con su dedo siempre apuntando a los males del mundo moderno, intenta golpear las instituciones y los valores tradicionales. Nos presentan gobiernos corruptos y sistemas económicos fallidos, personajes atrapados en una sociedad que los ignora. Un intento audaz de empañar las instituciones que han sostenido la base de nuestras sociedades occidentales.
Ahora bien, hablemos de los personajes. El guion se esfuerza en desarrollar roles que simpatizan con determinadas agendas que pretenden recortar libertades bajo la apariencia de justicia social. Encontramos activistas de teclado, críticos de café y todo un elenco de personajes que sacian la sed de conflicto de la audiencia, enseñando que siempre es mejor vivir en protesta que en progreso real.
El trauma y la ansiedad del protagonista pronto se reflejan en su entorno. Es como si la película quisiera mostrarnos cómo cada pequeña decisión, cada gesto cotidiano, acecha con la sombra del colapso ecológico o económico. Esta presión constante, esta opresión psicológica, imita los mensajes desalentadores que los medios de comunicación predominantes lanzan sobre nuestras cabezas día tras día.
Al avanzar, notamos que las relaciones humanas han perdido su esencia. Un reflejo claro de cómo las ideologías van destruyendo el tejido social, lo que resuena curiosamente con esos discursos políticamente correctos que buscan dividir más que unir. En este aspecto, "El Futuro Cercano" se centra en aspectos negativos, como la alienación y la desconfianza, mientras ignora la inmensa capacidad humana de colaborar y crecer juntos hacia un futuro más brillante.
Y si creíamos que la película no podía avanzar más en su agenda, se introduce un tema candente: la manipulación mediática. A lo largo de la trama, notamos el poder destructivo de los medios para controlar a las masas, reflejando casi de manera profética cómo las élites intentan que traguemos sin criterio las narrativas preestablecidas.
Finalmente, el mensaje parece ser que el cambio es imposible sin un colapso, sin una gran revolución. La película manda avisos sutiles a la audiencia sobre la necesidad de derrocar los valores actuales para construir algo "mejor", cuando en realidad, lo único en lo que son expertos algunos es en destruir el legado fundacional.
Prefiero pensar que el futuro no es tan oscuro como "El Futuro Cercano" lo pinta. Seguimos creyendo, a pesar de las predicciones de estas películas pesimistas, que el avance y el progreso real están al alcance de nuestra mano. Así que, si decides verla, mantén una mente crítica y recuerda que el futuro está en nuestras manos, no en las de los que desean que todo se derrumbe.