Si alguna vez has sentido el poder de la música en tus huesos, entonces sabes que Michael Jackson es el genio detrás de eso. El Rey del Pop, nacido en Gary, Indiana, el 29 de agosto de 1958, dejó una marca indeleble en el mundo antes de su trágica muerte el 25 de junio de 2009. Desde joven, conquistó los corazones de millones con su inigualable talento vocal y su habilidad para el baile, convirtiéndose en un ícono global que trascendió las barreras del tiempo y el espacio. Pero, más allá de su habilidad para romper récords musicales, Jackson era un verdadero defensor de valores que, hoy día, harían que cualquier "progre" tema por la seguridad de su safe space.
Para entender su impacto cultural, no hay que mirar más allá del álbum "Thriller" lanzado en 1982. ¿Cuántas veces has encendido la televisión el 31 de octubre para ver a un turbio imitador fingiendo el indescriptible "moonwalk"? En tiempos donde lo políticamente correcto parece regir cada rincón de nuestra existencia, Jackson no solo rompió moldes musicales sino que también rompió barreras raciales en la a menudo denominada "dominante" industria del pop.
Sin embargo, lo que realmente desafiaba la cultura progresista y posmoderna era su mensaje de unidad y cambio. Canciones como "Black or White" fueron todo un suspiro de frescura en una época donde lo divisivo empezaba a acaparar la narrativa política. Michael no pedía "aranceles culturales" a sus escuchas. Él simplemente insistía en que nos unieramos porque lo necesitábamos, le guste o no a los activistas sociales de hoy.
No se puede pasar por alto que Jackson, a pesar de las controversias, se mantenía con firmes creencias en la importancia de la libertad de expresión. En "They Don’t Care About Us", por ejemplo, usó su plataforma para clamar contra la injusticia, demostrando que los artistas pueden destacarse sin necesidad de sumarse a la moda del "wokeism" que últimamente parece dominar Hollywood.
Ahora hablemos de su vestimenta inconfundible. ¿Cuántos millones han intentado imitar su chaqueta roja del vídeo "Thriller"? Su estilo definió una era, su guante brillante y sombrero fedora rompían con los esquemas de la élite de la moda. Michael marcó su individualidad en tiempos donde, al parecer, lo único aceptado era ser parte del rebaño progresista.
La influencia de Jackson no se limita solo a la cultura pop. A menudo se le asocia con su legendaria actuación en el medio tiempo del Super Bowl de 1993, una actuación que es el estándar para todos los artistas que vinieron después. Sin efectos CGI excesivos ni distracciones espectaculares, solo él, su música y su carisma magnético. Hoy, las actuaciones del Super Bowl podrían aprender de esta simplicidad.
Que no se diga que Michael Jackson era un seguidor del relativismo progresista. A menudo abordaba temas de relevancia global. En "Earth Song", por ejemplo, planteaba inquietudes medioambientales antes de que los "eco-guerreros" hicieran de ello su plataforma política. Era un mensaje para el cambio, pero no el cambio radical que muchos hoy demandan de inmediato y sin considerar las consecuencias.
El legado de Michael ha desafiado el paso del tiempo y, aunque su vida personal fue a menudo objeto de acoso mediático y controversias judiciales, su música sigue siendo el testigo de su verdadero carácter. En un mercado saturado por lo común, Jackson nos recordaba que la verdadera estrella nunca se rinde a las banalidades de las modas temporales.
Michael Jackson era único y su esencia perdura. Sumido en el éxito y el arte, su legado sigue demostrando que los verdaderos cambios culturales no siempre necesitan alinearse con las tendencias progresistas. Como todo buen artista, su trabajo sigue implícitamente recordándonos la importancia de la diversidad de pensamiento y la individualidad.