¡Agárrense, porque Douglas Ollivant tiene mucho que decir! Este exoficial del Ejército de Estados Unidos ha pasado gran parte de su carrera en el corazón de los conflictos, desde el Pentágono hasta Irak. Ollivant es conocido por su profunda comprensión de la estrategia militar y, en su mirada, los problemas se resuelven no solo con diálogo sino con una pizca de prudencia y acciones decisivas. Pero escuchen bien, más que un militar cualquiera, este tipo conoce el juego de poder en Washington y no tiene miedo de compartir sus perspicaces opiniones.
¿Quién es Douglas Ollivant? Bueno, para empezar, es alguien que ha estado en las trincheras combatiendo la insensatez burocrática y la ineficaz política exterior. Ha trabajado desde 2008 como asesor sobre Irak en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, tanto bajo la administración de Bush como de Obama. Y estando en el centro neurálgico del poder, Ollivant ha visto cómo las decisiones tomadas en las confortables oficinas de la capital del poder estadounidense a menudo no resisten el calor del desierto. Es un hombre que ha puesto las botas sobre el terreno, de esos que hoy día escasean.
A diferencia de quienes creen que Estados Unidos debe mantenerse al margen, Ollivant es un ferviente defensor de que el país se involucre de manera significativa y estratégica en el panorama mundial. Su argumento es simple: si no lo hacemos nosotros, otros lo harán, y probablemente no con nuestros mismos valores. ¿Qué lugar para el aislacionismo en un mundo cada vez más peligroso? Douglas desafía a los pacifistas que prefieren esconderse detrás de carteles de protesta envenenados en lugar de defender los intereses estadounidenses de manera proactiva.
Ollivant no solo es un experto en Irak; también es una voz respetada en temas de seguridad nacional. Ha ofrecido sus conocimientos extensamente a través de sus contribuciones en Foreign Policy y The New York Times, entre otros medios de prestigio. En vez de simplemente seguir la corriente, se ha ganado el respeto al presentar resultados mediante análisis empíricos y miradas perspicaces.
Bajo su pluma, las palabras vuelan con la certidumbre propia de un halcón cazando por encima de los desertos y las selvas de las políticas de la realpolitik mundial. Es grato ver a alguien que no tiene miedo de llamar a las cosas por su nombre, de defender los intereses de Estados Unidos por encima de lo que puedan opinar quienes están fuera de la realidad.
¿Alguna vez pensaron que escribir sobre estrategia militar podría ser tan apasionante? Con Douglas Ollivant, se siente casi como leer una novela de acción, solo que esta es la realidad que se encuentra justo bajo nuestras narices. Hay quienes dicen que deberíamos basar nuestras decisiones en compadres amigables y dialogantes. Ollivant, por otro lado, se adentra con toda su experiencia para señalar que la paz se cultiva no con palabras huecas sino con acciones contundentes.
Por supuesto, siempre habrá quienes se sientan incómodos con un enfoque claro y directo, pero recuerden, ¡aquellos que lloriquean ante el pragmatismo de Ollivant probablemente son los mismos que prefieren el discurso vacuo de un mundo que nunca llegará! Mientras el mundo se convierte en un lugar más peligroso, necesitamos más voces como la suya: claras, audaces y dispuestas a actuar ante la adversidad.
Ollivant no solo tiene la experiencia, sino también la voluntad de hacer lo correcto por su país. Defiende lo que muchos callan: que la fortaleza no es una opción sino una necesidad. Su comprensión de la seguridad no parte de uno o dos seminarios, sino de vivencias que forman a un verdadero patriota. Porque al final del día, aquellos que más critican seguramente no estarán listos para cargar con el peso de sus propias decisiones.
Así que, aunque esto pueda molestar a ciertos grupos –sin mencionarlos nuevamente para no herir susceptibilidades–, su enfoque firme y realista sobre la seguridad nacional sigue siendo un faro. Si de algo sirve su testimonio, es que los Estados Unidos no pueden permitirse quedarse dormidos mientras otros ya están en pie preparando el campo. Este es el tipo de líder que se necesita, alguien que te dice lo que necesitas oír, no lo que quieres oír.
En un mundo lleno de falsos profetas de paz, Douglas Ollivant se alza como un goleador aguerrido, inflexible ante las realidades de nuestro mundo y dispuesto a asegurar que nuestros valores prevalezcan, no solo con palabras sino con acciones fundamentadas en una experiencia que no tiene paralelo. Esto, amigos, es lo que se define como defensa auténtica de los intereses nacionales.