Dos y Dos: Una Comedia que Desafia la Moral Moderna

Dos y Dos: Una Comedia que Desafia la Moral Moderna

'Dos y Dos' es una comedia argentina de 2011 dirigida por Marcelo Sabbatini que desafía la moral moderna al mostrar a dos parejas intercambiando fidelidad por caos.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

¿Quién hubiera pensado que una película lanzada en 2011 podría ser tan irreverente y desafiante como lo es 'Dos y Dos'? Dirigida por Marcelo Sabbatini en Argentina, esta comedia se desarrolla en un contexto de libertinaje moral, explorando la vida de dos parejas casadas que se aventuran en un mundo de intercambio de parejas y sexualidad desenfrenada. Situada en Buenos Aires, la trama explora por qué algunos creen que liberar nuestras ataduras morales es un camino hacia la auto-realización, mientras otros podemos ver cómo esto puede llevar a una mera degradación de valores.

Este film nos presenta a Diego y Emilia, junto con Richard y Betina, dos matrimonios en apariencia tradicionales que fuertes corrientes de atracción hacia el intercambio de parejas inician. A medida que la cinta avanza, los protagonistas se sumergen en una maraña de engaños, inseguridades y, finalmente, confusión total mientras lidian con las consecuencias de sus decisiones. 'Dos y Dos' no se transporta a un mundo ignorado por aquellos que mantienen los valores familiares intactos: la película casi desafía la necesidad de definir límites claros en nuestras relaciones personales.

Primero, hablemos del caos que esta película presenta como una «comedia». ¿Dónde queda la gracia cuando todo lo que vemos es desintegración marital y moral? Claro, para algunos puede ser hilarante ver cómo estas parejas se embarcan en tramas cada vez más absurdas buscando satisfacción. Pero la verdadera interrogante es: ¿es este el tipo de narrativa que deberíamos promover?

A diferencia de las películas que refuerzan el compromiso y los valores tradicionales, 'Dos y Dos' opta por mostrar una vida «sin restricciones» como un conducto a la felicidad. Vale la pena considerar cómo el filme emplea la comedia para azuzar el libertinaje. Retratar tales situaciones como entretenidas nos vende la noción de que la lealtad y la fidelidad son conceptos obsoletos, cuando en realidad son la piedra angular de cualquier sociedad civilizada.

El guion, escrito por el director Sabbatini junto con Adrián Suar, no solo se concentra en el humor sino que rebosa de situaciones que invitan a la reflexión. Aunque en la superficie parece una simple comedia, en el fondo pone en tela de juicio los preceptos morales de la audiencia. Aún con esto, la película carece de la profundidad de un buen drama que llevaría a una reintegración moral, dejando al público con el sentimiento de que la farsa supera cualquier forma de redención.

Para aquellos que creen en estructuras tradicionales, es fácil ver cómo 'Dos y Dos' es casi una burla. La idea de adaptar nuestras vidas para seguir un modelo de comportamiento pactado exclusivamente por caprichos temporales suena más a una pesadilla que a un camino legítimo hacia la autoexploración. A pesar de que el film trata de mostrar la vida moderna en una luz positiva, simplemente trivializa lo que para muchos es la base de la vida en pareja: el respeto mutuo y la fidelidad.

El cuestionamiento casi retórico a celebraciones como el matrimonio es otra línea central del filme. En lugar de elevar las ventajas de las relaciones monógamas, no hay en 'Dos y Dos' una representación adecuada de los valores familiares; más bien, ridiculiza el matrimonio retratándolo como un acuerdo más que una unión sagrada.

Por otro lado, ¿qué decir del ámbito técnico de la película? La dirección de Marcelo Sabbatini merece mención, pues logra sacar brillo a un elenco variado y talentoso que incluye actores de renombre como Adrián Suar y Mariana Espósito. Sin embargo, incluso la sublime cinematografía no logra ocultar el mensaje subyacente, pues todo análisis detallado de sus escenas parece gritar: 'rompe las reglas'.

A lo largo del metraje, se presentan escenarios que inicialmente pueden parecer cómicos pero que, analizando un poco más allá, dejan un regusto amargo. Cada interacción deja una secuela de desconfianza e infelicidad. Una y otra vez, la película insiste en que la solución es aventurarse aún más en el caos, como si la respuesta a todo fuera simplemente destruir lo que queda de las estructuras tradicionales.

Finalmente, el intento de Sabbatini por abordar temas de sexualidad moderna y sus aparentemente ilimitadas libertades puede parecer innovador para algunos. Sin embargo, cuando se considera el efecto acumulativo que tal narrativa puede tener en las nociones colectivas de compromiso, lealtad y familia, se revela como un bombardeo más al ya erosionado sentido de la moral. 'Dos y Dos' no solo refleja uno de los problemas inherentes en nuestra sociedad actual, sino que también tiende a glorificar el caos que amenaza con desmantelar las estructuras esenciales de convivencia.

Esta película es, sin duda, un comentario descarado de cómo algunos sectores intentan legitimizar la disolución de valores tradicionales a través del entretenimiento. Es un testimonio de lo que sucede cuando el cine se convierte en una herramienta al servicio de normalizar lo que debería cuestionarse.