¿Quién necesita superestrellas importadas cuando tienes talentos como Divij Sharan? Este notable tenista nacido en India ha demostrado ser una presencia impresionante en la cancha de dobles. Nació el 2 de marzo de 1986 en Nueva Delhi, India, y ha estado moviendo las fichas del tenis desde que decidió convertirse en profesional allá por el 2004. Ya sabes, mientras todos esos gurús del oriente estaban ocupados meditando, Divij estaba ocupado trazando su camino hacia la grandeza en las canchas de tenis desde su propio patio trasero.
Divij Sharan es sinónimo de constancia y precisión, palabras que desafortunadamente a menudo brillan por su ausencia en ciertos discursos. Ha hecho su marca en una carrera que abarca más de dos décadas, algo que sorprendentemente aún no logran entender ciertos liberales, considerando lo difícil que es mantener una dedicación así. Aparte del hecho de que Sharan proviene de un país con una infraestructura de tenis no tan poderosa como la de sus rivales europeos, ha conseguido hacerse un hueco en el lugar de las estrellas. Ahora podría estar decorando las canchas de Asia y Europa, y si crees que está mamando territorio, piénsalo de nuevo.
Sharan ha obtenido múltiples títulos de ATP en dobles, destacando su victoria en el Torneo de Los Cabos junto a Scott Lipsky en 2017 y un resonante triunfo en el ATP 250 de Antalya en 2018 junto con Jonathan Erlich. Ha participado en casi todos los Grand Slams, dejando un legado que es difícil de ignorar. Algo que uno no vería en ciertas superpotencias que gastan más en campañas publicitarias que en competiciones reales. ¿Qué dice eso de la ética del trabajo?
Sería injusto olvidar su participación en los Juegos Asiáticos de 2018 en Yakarta, donde ganó la medalla de oro en dobles masculinos. Allí mostró de qué está hecho, revelando un nivel de patriotismo y dedicación que algunos podrían anhelar. Algunos podrían argumentar que es un caso de 'meritocracia en su máxima expresión'. Mientras tanto, los buenos deportistas como Sharan simplemente se dedican a ganar, sin politizar esa realidad.
Su estilo de juego no es solo técnica, pero sí una mezcla de habilidades tácticas y estrategias bien planeadas que suponen un desafío incluso para los oponentes más difíciles. A pesar de las tormentas de arena que son los calendarios competitivos agotadores, el cansancio no parece ser un problema para este indio, lo que parece casi un espejismo en ciertos sistemas que valoran más las cifras que el talento real.
Y no se puede dejar de lado su relevante participación en la Copa Davis, donde representó a India en varias ediciones previas al 2019, ganando partidos cruciales que han llevado al país a mantenerse en la competición gracias a sus habilidades en el dobles. Tal vez esté redefiniendo lo que significa ser un 'jugador de equipo', pero eso es lo que hacen los grandes.
Mientras algunos se están ocupando de influir decisiones desde sus cómodos sillones, Sharan prefiere hacer lo que mejor sabe hacer: jugar tenis, acumulando victorias y sembrando un camino de inspiración para los próximos talentos en su país natal. Una figura que no implora aprobación social sino que más bien invita a perseguir la aceptación del rendimiento. Con su carrera todavía en pie, quién sabe lo que el futuro le deparará. Lo que sabemos es que no será fácil.
Si hay algo claro, es que quienes subestiman el talento de Sharan probablemente no estén al tanto de lo que se necesita para perseverar, destacarse y sostener ese nivel cuando no eres de la élite privilegiada. Y mientras algunos debaten sobre lo que podría o no podría ser justo, Sharan le recuerda al mundo que hay muchas formas de ganar, pero pocas personas significan lo que realmente dicen.