Decano de Wells: El símbolo olvidado del verdadero liberalismo

Decano de Wells: El símbolo olvidado del verdadero liberalismo

El Decano de Wells, George Henry Law, fue un clérigo anglicano del siglo XIX que desafió el caos liberal con convicciones conservadoras inquebrantables.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Imaginen un mundo donde un aristócrata, que además es líder religioso, se convierte en una figura de confrontación ideológica. Este fue el caso de George Henry Law, conocido como el "Decano de Wells", un personaje fascinante que vivió en el siglo XIX. Pero, ¿quién fue realmente y por qué es relevante aún hoy? La respuesta está en su habilidad para defender sus convicciones conservadoras en una sociedad que comenzaba a fluir hacia el caos del liberalismo desenfrenado.

El 'Decano de Wells', George Henry Law, fue un clérigo anglicano británico que ascendió al poder en una época de cambios vertiginosos. Nació el 12 de septiembre de 1761, en una familia acomodada en Cambridgeshire, Inglaterra. Estudió en el prestigioso Eton College y después en el St. John's College de Cambridge. Se consagró obispo en 1812 y finalmente llegó a ser el Decano de Wells en 1824, una de las posiciones eclesiásticas más importantes de la época.

Primer punto: El decano fue un pilar de convicciones tradicionales. Mientras el mundo se arremolinaba hacia nuevos "valores" más inclusivos, el Decano de Wells no se dejó arrastrar por la marea. Sostenía que la verdad es eterna y que el cambio por el simple cambio, no construía, sino que destruía. Argumentaba que aferrarse a la tradición no era una señal de debilidad, sino una fortaleza frente al relativismo.

Segundo punto: El valor de la autoridad (ese concepto malentendido hoy). George Law comprendió que una sociedad necesita orden y jerarquía para prosperar. Para él, la autoridad eclesiástica no era un concepto arbitrario, sino uno divinamente inspirado, necesario para guiar a la comunidad por el camino correcto. Desafortunadamente hoy, esta noción de autoridad provoca escozor, pero para el Decano de Wells era simplemente lógico.

Tercer punto: La tenacidad ante los enemigos ideológicos. No olvidemos que era un tiempo en que las corrientes "liberales" impregnaban todo nivel de la sociedad. Law enfrentó a estas ideas con la elocuencia y la convicción de un verdadero defensor de la fe. Hoy día sería fácilmente ridiculizado por los medios progre, pero entonces realmente hizo mella en el mundo académico y político.

Cuarto punto: La importancia de la religión como fuerza moral. En una época premoderna, cuando la ciencia y la religión constantemente debatían su papel, el Decano sostenía que la religión era esencial para mantener el tejido moral de la sociedad. Sin ella, gobernarían las leyes de las pasiones sobre las leyes divinas.

Quinto punto: Rechazo al igualitarismo simplista. Mientras que algunos predicaban que todas las creencias y estilos de vida merecían igual aceptación, George Law sostenía que algunas ideas eran simplemente incorrectas, y que la calidad del pensamiento y el mérito siempre debían prevalecer.

Sexto punto: Admirable integridad personal. El Decano de Wells era un hombre íntegro que vivía de acuerdo a lo que predicaba. No eran tiempos donde podían separarse la vida pública y privada de un hombre, y Law entendía la responsabilidad que tenía para con su iglesia y su comunidad.

Séptimo punto: Abogaba por el sentido común. Una y otra vez, George Law abogó por la racionalidad y la lógica ante la emoción. En su visión, un juicio basado en la emoción de masas era un juicio nulo y, al final, un defecto fatal para cualquier sociedad que aspirara a perdurar.

Octavo punto: Defensor de los derechos de propiedad y del orden natural. En un mundo que comenzaba a experimentar con ideas de propiedad colectiva, Law defendía los derechos de propiedad como derechos divinos. Creía que garantizar la propiedad individual no solo era moralmente correcto, sino que también era la base de una sociedad fecunda.

Noveno punto: Promoción de la educación fundada en valores. George Law era un defensor de la educación, pero no de la educación por el bien de llenar cabezas de datos. Su objetivo era una enseñanza arraigada en valores perennes, esos que los liberales hoy en día intentan constantemente erosionar.

Décimo punto: La certeza en la justicia divina como respuesta final. En todas sus cartas y sermones, no sólo habló de valores y convicciones, sino también de una justicia superior, esa que eventualmente pondría todo en su debido lugar.

Así era el Decano de Wells, un hombre de un tiempo olvidado que tiene mucho que enseñarnos hoy. Cuando el tumulto de las ideas modernas amenaza con desestabilizar todo, recordar a figuras históricas como George Law es recordar que el verdadero orden y justicia aún tienen defensores en la historia.