Rompiendo Paradigmas: De Paraíso y Poder, la Voz que Ignoran

Rompiendo Paradigmas: De Paraíso y Poder, la Voz que Ignoran

Explora las contundentes afirmaciones del autor conservador Robert Kagan en *De Paraíso y Poder* sobre la necesidad del realismo político estadounidense frente a la complacencia europea.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

No hay nada más entretenido que ver una manifestación ardiente de argumentos poderosamente conservadores retumbando por las avenidas del pensamiento global, especialmente cuando esos argumentos vienen de la pluma de Robert Kagan. Este autor estadounidense lanzó su obra maestra De Paraíso y Poder en el año 2003, en un momento crucial, en los albores del siglo XXI, cuando Europa y Estados Unidos se debatían en un sinfín de controversias geopolíticas. Kagan escribió desde la perspectiva norteamericana ilustrando con vehemencia las diferencias fundamentales entre cómo Europa y Estados Unidos perciben el poder. Mientras Europa buscaba abrazar el 'paraíso' de la paz postmoderna y la diplomacia multilateral, Estados Unidos emergía sin miedo como un proponente del uso del poder duro. La publicación fue un sacudón para quienes defendían un punto de vista suave y complaciente.

La primera verdad incómoda expuesta por Kagan es que Estados Unidos no tiene tiempo para soñar despierto en un jardín de Edén ficticio donde los problemas se resuelven solo conversando. En lugar de eso, el autor argumenta que en un mundo complejo y peligroso, la fuerza es a menudo necesaria para salvaguardar los intereses y proteger a los ciudadanos. Es esta percepción del poderío y el dominio, la voluntad de imponerse, lo que según Kagan diferencia a los Estados Unidos de una Europa que todavía lidia con sus demonios históricos.

¿Realmente alguien está sorprendido de que la Unión Europea, gran valedora del soft power, prefiera las discusiones largas y las comisiones eternas en lugar de tomar decisiones firmes? Porque, claro está, esa política de esperar sin hacer nada a menudo termina siendo su plan B. Sin embargo, Kagan llama a Estados Unidos a no caer en estas trampas de complacencia que a menudo ignoran las realidades más duras y necesarias de un mundo que no espera a nadie.

En su extensa obra, Kagan señala con elegante brutalidad cómo la reticencia de Europa a usar la fuerza conduce a una debilidad intrínseca. ¿Aquí la pregunta es: cuál es la verdadera brújula moral y política? Bastante obvio para quien entiende la naturaleza dual de la humanidad: un perpetuo espectáculo de idealismo ingenuo frente a un pragmatismo realista. Por ello, la eterna esperanza europea por un método menos conflictivo de resolver disputas internacionales parece más como un lujo que no siempre podemos permitirnos.

¿Quién no ha oído hablar del apetito voraz de Washington por la defensa activa y el poderío militar? Según Kagan, éste es un reflejo saludable y necesario en un mundo donde las amenazas no hacen cola para esperar su turno. Para aquellos que alguna vez pusieron en tela de juicio la política exterior americana, este libro sigue siendo un recordatorio imperecedero de que la seguridad nunca es gratis y que, a veces, hay que mancharse las manos para proteger lo que más importa.

A fin de cuentas, la tesis central de Kagan en De Paraíso y Poder es una clara llamada de atención. Mientras que algunos optarán por el cómodo sueño de un paraíso sin conflictos, Kagan insta a una vigilancia constante. Prevenir conflagraciones antes de que comiencen requiere una voluntad de hierro y una mirada calcada a la de un halcón, características que él atribuye a Estados Unidos y que ve de forma difuminada en sus aliados europeos.

Y claro, entre las numerosas reflexiones que el libro nos brinda, se reafirma la importancia de no doblegarse a las ilusiones pacifistas que a menudo resultan ser cortinas de humo ante los verdaderos peligros. Así que la próxima vez que un político cansado venga con sueños arrebatadores sobre 'paz eterna', recuerda que, como Kagan señala, ésa es una premisa que el mundo nunca nos prometió.

Los que alguna vez pensaron que los Estados Unidos deberían olvidarse de su impronta hegemónica a lo largo del mundo deberían pensar dos veces antes de volver a jugar al juego de la crítica fácil. Este texto se convierte, indudablemente, en un recordatorio vital de que en el tejido mismo de la política internacional, son las naciones dispuestas a actuar las que marcan la diferencia: de la retórica idealista a la acción decisiva.