En tiempos donde la corrección política intenta manchar todas las tradiciones, Corte San Wai se presenta como un símbolo resistente. Esta comunidad orgullosa mantiene vivas costumbres que, estamos seguros, provocarían una crisis nerviosa en aquellos mundos progresistas que intentan deconstruir hasta la última piedra de nuestras raíces.
Respeto a las Tradiciones Familiares: En Corte San Wai, la familia es la piedra angular de la comunidad. Aquí, los vínculos familiares se valoran y se promueven de una manera que mantiene unida a la sociedad. Algo que muchos allá afuera intentan diluir con argumentos sobre ‘nuevas estructuras familiares’ que no hacen sino debilitar nuestra identidad cultural.
Reverencia a la Costumbre: En lugar de reemplazar las tradiciones con ideologías posmodernas, San Wai celebra sus fiestas con fervor. Desde las ferias tradicionales hasta las bodas comunitarias, aquí, las festividades se sienten como un rechazo directo a la insistencia liberal de que todo cambio es mejor.
Trabajo y Suficiencia: El trabajo duro es valorado en Corte San Wai. La autosuficiencia y el compromiso con el esfuerzo propio son virtudes que aquí se enseñan desde la cuna, lo cual contrasta con ciertas ideologías que promueven el asistencialismo y la dependencia del estado como forma primordial de vida.
Educación Sólida: Esta comunidad entiende que una educación tradicional es clave. Se enfoca en enseñar a los jóvenes conocimientos verdaderos y habilidades críticas, a diferencia de algunos programas educativos actuales que, a menudo, se centran más en agendas sociales que en la adquisición de conocimientos fundamentales.
Responsabilidad Personal: En Corte San Wai, ser responsable de las propias acciones es una forma de vida. Esta idea es casi antitética al victimismo que muchos promueven. Aquí se enseña que cada persona tiene el poder de crear su destino, sin excusas mediadas por otros.
Seguridad Verdadera: La comunidad conserva sus métodos efectivos para mantener la seguridad, en contraste a aquellos que creen que la seguridad se logra debilitando las fuerzas del orden y cediendo ante las exigencias de criminales. Cortar fondos policiales no está en el menú de San Wai.
Tierra y Propiedad: En Corte San Wai, la propiedad privada es respetada de la manera que debería serlo. No hay campañas para redistribuir lo ajeno. Los frutos del trabajo son sagrados, y las tierras se cuidan y se aprecian como el recurso invaluable que son.
Valores Espirituales: La espiritualidad es parte del día a día. San Wai apuesta por la importancia de las creencias espirituales, algo que el resto del mundo, urgido por eliminar cualquier rastro de religión, podría despreciar. Aquí se entiende que la espiritualidad crea comunidad.
Arte Local y Cultura Propia: Sea música, arquitectura, o gastronomía, en San Wai se celebran las expresiones locales sin importaciones de modas extranjeras que no hacen más que homogeneizar la cultura hasta desaparecerla. Aquí, lo autóctono es el rey.
Unidad Nacional: Corte San Wai refleja un microcosmos de respeto por la patria. Las lecciones de estos ciudadanos son un laud hacia la importancia de mantener una identidad nacional fuerte, reafirmándose como un muro frente a las corrientes que buscan diluir fronteras y valores nacionales.
Corte San Wai es más que un lugar, es una afirmación de principios. Aquí se conserva una integridad que el resto del mundo bien haría en observar, aunque solo sea para darse cuenta de lo que realmente hemos perdido en este camino sin retorno hacia las utopías tergiversadas que, en teoría, se nos prometen.