Confusión: El Embrollo Maravilloso del Idioma Español

Confusión: El Embrollo Maravilloso del Idioma Español

El español es un lenguaje lleno de complejidades, donde incluso los propios hispanohablantes se enfrentan a confusiones. Este post revela cómo estas "confusiones" reflejan las realidades culturales y políticas de nuestro tiempo.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Imagina un mundo donde las palabras son como un rompecabezas que pocas personas pueden resolver. En este mundo, el español es el protagonista, y su complejidad es tal que hasta los propios hispanohablantes a veces no saben ni por dónde empezar. Este enredo lingüístico, ¿quién lo hubiera pensado? Pues, todos aquellos que han intentado aprender o interpretar esta lengua rica y variada. ¿Cuándo lo notamos? Cuando algo tan simple como "Confusión" puede generar todo un parloteo. Desde América Latina hasta la España más castiza, el español se despliega en una serie de dialectos, modismos y estructuras gramaticales que pueden marear a cualquiera.

Veamos. La palabra "confusión" en español representa tanto un estado emocional como físico. No es solo el hecho de no entender algo, es que ese algo te deja en un estado puro de desorden mental. En política, en cultura, en las calles, no debe sorprendernos que el español ofrezca manifestaciones tan variedas de la "confusión". ¿Acaso no es este estado caótico lo que suele reinar en las políticas migratorias y fiscales? El asunto es que el lenguaje refleja la naturaleza de nuestros tiempos. Los críticos podrían argumentar que esta diversificación lleva a la ineficacia y al desenfreno, pero díganlo bajito, que alguien podría ofenderse.

Muchos se quejan de lo políticamente correcto, pero el español, libre y bravucón como es, no se presta fácilmente a restricciones. Un buen conservador aprecia la claridad y la estructura, y eso es justo de lo que carece la izquierda más radical, que insiste en tornar el lenguaje en una especie de zona gris donde no se sabe quién es quién ni qué es qué. Todo es una mezcolanza de "confusiones" bien planificadas.

Pasemos a ejemplos: "Coger" en España vs. "Coger" en América Latina es un clásico. ¿Por qué son tan diferentes? Simple, porque las realidades locales importan. Pero algunos intentan vendernos el cuento de que una lengua homogénea es la mejor solución. Habría que subrayar que el movimiento es hacia la especificidad y no hacia la globalización indistinta.

Los tiempos verbales, ay los tiempos verbales. El Subjuntivo. La gente aprende a odiarlo porque simplemente lo percibe como una herramienta de enredo. Sin embargo, un conservador bien plantado lo encuentra fascinante porque aporta matices y profundidad a las posiciones. Los españoles e hispanohablantes, con orgullo, dicen que el que domina el subjuntivo domina el idioma en su esencia más pura. Estudiar el subjuntivo es como apreciar una buena sinfonía: notas complejas organizadas para crear algo hermoso.

Quizás el problema sea que en nuestro mundo moderno apresurado, las sutilezas y las confusiones del español no se aprecian del todo. Preferimos el blanco y el negro, lo rectangular en vez de lo barroco. Y aquí es donde se hallan los verdaderos conflictos; la gente se queja de la complejidad mientras reclama por simplificaciones que lo único que hacen es empobrecer un idioma que es más que una bastilla de criterios lingüísticos complicados. Así es la vida.

Ahora abordando a nuestras queridas conjugaciones. ¿"Usted" o "tú"? Este dilema mnás terrenal y antiguo. Porque la formalidad también lo es todo en un mundo ordenado como el nuestro. Algunos quieren destruir las jerarquías lingüísticas, pero lo que en verdad hace el español es reafirmarlas con cortesía y estilo. Y a esto, uno debería añadir que el uso de “usted” da una señal de respeto que se ha perdido en las generaciones recientes, pero todavía se aprecia en aquellos que valoran la tradición.

Terminando este viaje por el idioma español, conviene recalcar que la "confusión" es, de hecho, una parte fundamental de este idioma siempre mutante y lleno de vida. El idioma español sigue siendo indomable y está ahí para confundirte, para inspirarte o para retarte. Porque al fin y al cabo, ahí reside su verdadera belleza.