La Farsa del Shire de Stephens: Un Ejemplo de la Locura Progresista
En el corazón de Australia, en el año 2023, se encuentra el Shire de Stephens, un pequeño municipio que ha decidido convertirse en el epicentro de la locura progresista. Este lugar, que debería ser conocido por su belleza natural y su comunidad unida, ha optado por ser el laboratorio de pruebas de las políticas más absurdas y radicales que uno pueda imaginar. ¿Por qué? Porque en su afán de ser "inclusivos" y "modernos", han perdido todo sentido común.
Primero, hablemos de la ridícula prohibición de los vehículos a gasolina. En un intento por ser "verdes", el Shire de Stephens ha decidido que todos los vehículos deben ser eléctricos para el año 2025. ¿Y qué pasa con aquellos que no pueden permitirse un coche eléctrico? Bueno, parece que caminar es la única opción. Esta medida no solo es elitista, sino que también ignora la realidad de que la infraestructura para vehículos eléctricos es prácticamente inexistente en la región. Pero, claro, ¿quién necesita lógica cuando se puede ser "progresista"?
Luego está la política de "espacios seguros" en todas las áreas públicas. En teoría, suena bien, pero en la práctica, ha llevado a la censura de cualquier opinión que no se alinee con la narrativa oficial. Si alguien osa expresar una opinión diferente, es rápidamente silenciado y etiquetado como "intolerante". La libertad de expresión ha sido sacrificada en el altar de la corrección política, y el Shire de Stephens se ha convertido en un lugar donde solo se permite una forma de pensar.
No podemos olvidar la absurda política de "igualdad de género" que obliga a las empresas locales a contratar un número igual de hombres y mujeres, sin importar la experiencia o las calificaciones. Esto no solo es una afrenta a la meritocracia, sino que también pone en peligro la viabilidad de los negocios locales. Pero, por supuesto, lo importante es que todos se sientan "incluidos", aunque eso signifique sacrificar la eficiencia y la competencia.
El Shire de Stephens también ha implementado una política de "cero tolerancia" hacia el uso de plásticos de un solo uso. Mientras que la intención puede ser buena, la ejecución ha sido desastrosa. Los negocios locales están luchando por encontrar alternativas viables, y los costos adicionales se están trasladando a los consumidores. Pero, ¿a quién le importa el impacto económico cuando se puede presumir de ser "ecológicamente consciente"?
Por último, pero no menos importante, está la decisión de eliminar cualquier referencia a la historia colonial de Australia en las escuelas locales. En un intento por "descolonizar" el currículo, se ha borrado una parte importante de la historia del país. Esto no solo es un insulto a aquellos que construyeron la nación, sino que también priva a las futuras generaciones de una comprensión completa de su pasado.
El Shire de Stephens es un ejemplo perfecto de lo que sucede cuando las políticas progresistas se llevan al extremo. En su búsqueda por ser un modelo de "inclusión" y "sostenibilidad", han creado un entorno donde la lógica y el sentido común han sido completamente abandonados. Y mientras tanto, los residentes del Shire de Stephens son los que pagan el precio de estas políticas absurdas.