La hipocresía de la izquierda: Colinette à la cour y la doble moral
En el mundo de la política y la cultura, siempre hay un espectáculo que nos deja boquiabiertos, y "Colinette à la cour" es uno de esos casos. Esta obra, que se presentó en París en el siglo XVIII, es un ejemplo perfecto de cómo la élite cultural de la época manipulaba las narrativas para su propio beneficio. En un momento en que la sociedad francesa estaba al borde de una revolución, los aristócratas se entretenían con historias que reflejaban su propia decadencia y desconexión con la realidad. ¿Por qué es relevante hoy? Porque la historia se repite, y la izquierda moderna parece haber aprendido bien de sus predecesores.
Primero, hablemos de la desconexión. La élite cultural de entonces, al igual que la de ahora, vivía en una burbuja. Mientras el pueblo francés sufría bajo el peso de los impuestos y la falta de alimentos, los aristócratas se deleitaban con obras como "Colinette à la cour", que no hacían más que reforzar su sentido de superioridad y derecho divino. Hoy, vemos a las celebridades y políticos de izquierda predicar sobre el cambio climático desde sus jets privados, o sobre la igualdad económica mientras disfrutan de sus mansiones multimillonarias. La hipocresía es palpable.
Segundo, la manipulación de las narrativas. "Colinette à la cour" no era solo entretenimiento; era una herramienta de propaganda. Al igual que hoy, donde los medios de comunicación y Hollywood nos bombardean con mensajes que promueven una agenda específica, esta obra servía para mantener a las masas distraídas y complacientes. La izquierda actual ha perfeccionado esta técnica, utilizando todo, desde películas hasta redes sociales, para moldear la opinión pública a su favor.
Tercero, el desprecio por el pueblo. En el siglo XVIII, los aristócratas veían al pueblo como poco más que peones en su juego de poder. Hoy, la izquierda ve a los votantes como simples números, necesarios solo para ganar elecciones. Prometen el cielo y la tierra durante las campañas, pero una vez en el poder, sus prioridades cambian. La historia de "Colinette à la cour" es un recordatorio de que, para algunos, el poder siempre será más importante que el pueblo.
Cuarto, la falta de responsabilidad. En la corte de Luis XVI, nadie quería asumir la culpa por el estado del país. Siempre era culpa de otro. Hoy, vemos lo mismo en la política moderna. Cuando las políticas de izquierda fallan, siempre hay una excusa: es culpa de la administración anterior, de la oposición, o incluso del propio pueblo por no entender sus "nobles" intenciones.
Quinto, la glorificación de la mediocridad. "Colinette à la cour" no era una obra maestra, pero fue celebrada por aquellos que querían mantener el status quo. Hoy, vemos cómo la izquierda celebra y promueve ideas y políticas que, en el mejor de los casos, son mediocres y, en el peor, destructivas. La meritocracia ha sido reemplazada por la mediocridad, y aquellos que se atreven a cuestionar esta tendencia son rápidamente silenciados.
Sexto, el uso del miedo. En la corte de Luis XVI, el miedo era una herramienta poderosa para mantener el control. Hoy, la izquierda utiliza el miedo al cambio climático, al racismo, y a cualquier otra amenaza percibida para mantener a la población en línea. El miedo es una herramienta efectiva, y aquellos en el poder lo saben bien.
Séptimo, la falta de visión a largo plazo. "Colinette à la cour" era una distracción temporal, y aquellos en el poder no pensaban en las consecuencias a largo plazo de sus acciones. Hoy, la izquierda parece más interesada en ganar la próxima elección que en construir un futuro sostenible y próspero para todos.
Octavo, la resistencia al cambio. La corte de Luis XVI se resistió al cambio hasta que fue demasiado tarde. Hoy, la izquierda se aferra a sus dogmas, incluso cuando la evidencia sugiere que sus políticas no funcionan. El cambio es inevitable, pero aquellos en el poder siempre lucharán para mantener el status quo.
Noveno, la falta de autenticidad. "Colinette à la cour" era una farsa, y aquellos que la celebraban sabían que no reflejaba la realidad. Hoy, la izquierda a menudo promueve narrativas que son igualmente falsas, pero que sirven a sus intereses políticos.
Décimo, la repetición de la historia. La historia de "Colinette à la cour" es un recordatorio de que, aunque los tiempos cambian, la naturaleza humana no. La izquierda moderna, al igual que la élite del siglo XVIII, está atrapada en un ciclo de hipocresía y autoengaño. Y mientras sigan así, el pueblo seguirá sufriendo las consecuencias.