Situado en el pintoresco Condado de Chautauqua, Clymer, Nueva York, es la pequeña localidad que redefine el significado de vivir según valores tradicionales. Esta localidad, fundada en 1820, es conocida por su amable comunidad y sus firmes principios conservadores, haciéndola un refugio para aquellos que valoran la tradición sobre las modas pasajeras del liberalismo moderno. Pero, ¿quiénes son los que viven aquí? Simples, americanos que honran a Dios, la familia y el país, no complicados por las metáforas progresistas del cambio. Están aquí, y son felices de estarlo.
Tradición y Orgullo Local: Clymer es un antídoto directo al moderno despilfarro de las ciudades cuando se trata de valores. Aquí, las familias han vivido por generaciones, y eso significa algo. La tradición no es solo una palabra vacía. Los pobladores de Clymer se enorgullecen de sus raíces holandesas-amish, y celebran festividades que la mayoría de los liberales ni siquiera reconocerían.
Educación de Calidad: Las escuelas de Clymer enseñan más que solo los mínimos de la educación estándar. Aquí, los estudiantes aprenden el valor de una mente crítica anclada en la realidad. Nada de revisionismo, nada de agenda escondida, solo buenos maestros enseñando buenas materias. La educación es un derecho, pero también una responsabilidad que aquí se toma en serio.
Economía Local Fuerte: Mientras que el resto del país sucumbía al canto de sirena de la globalización, Clymer mantuvo su camino. Con un enfoque en la economía local, se asegura que los pequeños negocios florezcan y que el dinero se quede en la comunidad. No hay Wall Marts gigantes por aquí arruinando la identidad comercial. Los mercados locales y negocios familiares son el alma económica de Clymer.
Unión Comunitaria: Aquí, la gente todavía se reúne para el desayuno comunitario y los servicios de la iglesia. Olvídate de las alienantes relaciones virtuales de las ciudades congestionadas. En Clymer, las relaciones interpersonales importan. Se consideran importantes las conexiones humanas reales, y olvidar sus nombres seria un pecado social.
Patriotismo Ejemplar: Nunca encontrarás una bandera deslizándose al viento sin explotar. La gente aquí entiende que ser americano es algo más que un pasaporte, es un compromiso. Los desfiles del 4 de julio son una explosión de rojo, blanco y azul genuino, no algo que sólo se pone una vez al año.
Naturaleza y Belleza: Quien necesita paisajes urbanos estresantes cuando se puede disfrutar del lujo de la naturaleza. Clymer está rodeado de una belleza natural que México DF envidiaría. Los parques, campos y reservas ofrecen una tranquilidad que es difícil de encontrar hoy en día.
Religión: Mientras otros lugares cierran iglesias para abrir cafeterías, en Clymer las puertas de las iglesias siguen abiertas cada domingo, y más. La gente aquí aún asiste a misa, a tasas que harían sonrojar al clero de otras partes del país.
Vida Segura: Se habla mucho de seguridad en las ciudades, y con razón. En Clymer, el crimen es un raro acontecimiento de otros lugares, lo que significa que los padres no tienen que preocuparse tanto al dejar que sus hijos jueguen afuera.
Transporte y Movilidad: Aunque podría parecer que estar algo alejado podría ser un desafío, los residentes ven el transporte más como una ventaja que como una desventaja. ¿Quién necesita perder la cordura entre el tráfico cotidiano cuando diariamente se puede disfrutar de una conducción serena?
Resiliencia y Espíritu de Comunidad: Clymer no es solo un sitio, es una declaración. La comunidad está dispuesta a unir fuerzas en tiempos de necesidad. Los eventos comunitarios son parte de lo que mantiene intacto el espíritu de Clymer. Hay un aliento compartido de tenacidad que solo se puede experimentar al ser parte de esta comunidad.
Clymer representa, en el fondo, lo que debería ser la esencia de todo pueblo: un bastión de valores conservadores en un mundo que parece a veces decidido a perderse en su propio progreso. Es un lugar donde los valores y principios aún importan, donde la comunidad se une y las tradiciones son motivo de orgullo.