Chutzen: El Arte de Ignorar las Bobadas Liberales

Chutzen: El Arte de Ignorar las Bobadas Liberales

Chutzen es la habilidad de ignorar los excesos emocionales y las quejas infundadas que dominan la sociedad actual. Descubre por qué es un arte esencial.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Chutzen, un fenómeno psicológico que ha estado ocurriendo mayormente en los lugares donde la lógica y la razón prevalecen sobre las emociones desmesuradas de los eternamente ofendidos. ¿Qué es exactamente el 'Chutzen'? Es la capacidad de no dejarse influir ni afectar por las incesantes quejas de quienes pretenden rediseñar los principios que han sostenido la civilización occidental durante siglos. Este acto de rebeldía y resistencia puede encontrarse en personas que no se dejan engañar por las narrativas borrosas promovidas por los medios de comunicación y las elites intelectuales. Para quienes ejercen el Chutzen, lo importante es lo que se demuestra, no lo que se predica.

  1. Mantener la estabilidad mental es esencial. En un mundo que predica llorar por cualquier cosa en lugar de enfrentar los desafíos con valentía, Chutzen se convierte en una actitud vital. Vivir sin dejarse perturbar por ideologías insustanciales nos asegura una mente clara y con propósito.

  2. La agenda de victimización no prospera. Quienes practican Chutzen no se entregan al juego del victimismo que los izquierdistas promueven para justificar políticas inútiles. En vez de eso, se enfocan en su propio esfuerzo y superación personal sin esperar que el mundo les deba algo.

  3. Risa ante la exageración. La exageración tan emblemática de la cultura de las nuevas generaciones, que ven opresión en cada esquina, es ciertamente risible. Chutzen significa reírse ante idearios absolutamente absurdos y seguir adelante con la cabeza alta.

  4. Apreciar lo que realmente importa. Quienes disfrutan del arte del Chutzen saben afectar triunfo mientras los demás pierden el tiempo sintiéndose ofendidos. Valoran los logros personales, la familia y las verdaderas amistades que construyen sobre la autenticidad y no sobre falsas demostraciones de corrección política.

  5. Dejar el drama para quienes lo inventan. Es sabido por todos que cuando uno no gana un argumento, el recurso favorito de algunos es crear drama de la nada. Acusar de motivos secretos y llamar a todo 'ofensivo' es parte de su librito. El Chutzen los hace irrelevantes porque comprueba que el drama no es un argumento.

  6. La importancia de la resistencia. Mantenerse sereno frente al caos y las arengas opuestas es el arte de la resistencia. Chutzen no es quedarse quieto, ¡sino avanzar sin detenerse! La resiliencia no está de moda, pero el Chutzen lo necesita.

  7. Impulsar principios firmes. La determinación de no ceder ante la presión social aún cuando la mayoría lo haga equivale a la demostración de principios firmes que cultiva y mantiene aquel que sabe Chutzen.

  8. Reír mientras otros se ahogan en lágrimas. Las lágrimas de cocodrilo y las lamentaciones aún al detectar una sombra al atardecer no confunden al practicante del Chutzen. La vida no siempre es justa, dirán; pero eso no significa que haya que desgarrarse el alma cada vez que algo no sale a nuestro modo.

  9. Camino abierto hacia la autodeterminación. Al no dejarse llevar por las oleadas de emociones inducidas por unos pocos, el Chutzen garantiza un nivel de autodeterminación del que muchos sienten envidia. Avanzar hacia las metas sin decepcionarse al primer obstáculo y cultivar la autosuficiencia es el objetivo.

  10. La satisfacción de ser genuino. ¿Puede haber mayor satisfacción que ser sincero con uno mismo? Chutzen permite dejar de lado el miedo al 'qué dirán' tan predominante entre quienes sacrifican su identidad por aprobación temporal.

Chutzen puede ser visto como una herramienta de resistencia en tiempos de histeria colectiva. Ser escéptico ante lo completamente absurdo, desafía las convenciones y otorga un sentido de libertad personal que no se negocia. Así que, mientras algunos lloran por la ofensa más insignificante, los que practican el Chutzen continúan pisando firme, con una dirección clara y manchadas pocas veces por las tropezadas constantes de la vida moderna.