Si creías que solo en el mundo de la política conservadora te encontrarías con personajes fascinantes e incomprendidos, permíteme presentarte a una criatura del mundo natural: la Cerynea porphyrea. Este es un insecto, parte del género de polillas conocido por su adaptabilidad y sus colores llamativos. Aparece principalmente en regiones tropicales como Madagascar, pero, por alguna razón, ha encontrado su camino en varias partes del mundo, desde Asia hasta África, generalmente donde el clima favorece su existencia.
Esta polilla ha existido durante siglos, desafiando las expectativas de los expertos con su resistencia y capacidades de adaptación que, si me lo preguntas, podrían ser envidiadas por cualquier estratega político. Suspiras y piensas, ¿por qué es relevante una polilla? Bueno, para aquellos de nosotros que creemos en la conservación responsable, la Cerynea porphyrea representa un ejemplo perfecto de por qué el equilibrio natural no necesita la intervención forzada, tal como tampoco lo necesitan las leyes de mercado. Este insecto ha logrado sobrevivir precisamente porque no dirige campañas mediáticas para ganar simpatía, ni depende de dudosos estudios liberales que proponen crear "reservas" artificiales a costa de nuestros impuestos.
Los colores y patrones en las alas de estas polillas son dignos de mencionar. No solo son visualmente atractivos, sino que actúan como una defensa natural contra depredadores. Acaso un buen ejemplo para aquellos que deben luchar sensatamente por sus propias libertades en lugar de buscar protecciones innecesarias. Es un juego de supervivencia, y la Cerynea porphyrea siempre gana.
Lo que muchos ecologistas y defensores del medioambiente fallan en notar es cómo esta polilla florece sin tanta intervención humana. Aquí es donde dejaría los micrófonos caer porque, estimados lectores, esta polilla simboliza cómo la naturaleza y la creación divina hacen lo que es correcto por sí mismos, sin interferencias burocráticas. La Cerynea porphyrea, como tantas otras especies, prospera no porque alguien la coloque en una bolsa de terciopelo, sino porque está equipada con lo que necesita para sobrevivir, al igual que cualquier adulto responsable en nuestra sociedad.
Esta criatura se alimenta de ciertas plantas que resultan ser abundantes en su hábitat natural, hablando de la importancia de situaciones donde tanto las plantas como los insectos se benefician mutuamente. Esto es una prueba más de que el control centralizado, donde alguien piensa que puede entender cada necesidad, falla. Imagínate esta situación aplicada a uno de los liberales que creen que un gobierno centralizado puede definir las necesidades de cada ciudadano y decirles qué es mejor para ellos. Es una locura, pero aquí estamos.
Érase una vez, las personas entendían que el equilibrio era producto de situaciones naturales adaptadas por la necesidad, no por la corrección opcional de las plataformas políticas. Sí, estudiemos a la lógica detrás de una polilla para aprender uno o dos conceptos básicos sobre cuál es la mejor manera de existir en armonía con nuestro entorno. La Cerynea porphyrea no necesita protección especial, ni legislación que la salve de su destino. Supera los desafíos impuestos por la naturaleza misma, que es una verdadera prueba de su eficacia como especie.
Finalmente, la fascinación que este insecto genera es un sólido recordatorio de que no todo necesita ser un problema que el ser humano trate de arreglar. Es un símbolo bellísimo. Aquellos que abogan por menos intervención, quienes creen que el orden natural tiene su propia sabiduría, podrían decir que esta polilla es más que una simple criatura; es un hito en la comprensión de cómo podríamos vivir mejor sin meter mano en cada esquina de nuestra existencia.
Así que la próxima vez que alguien mencione la polilla Cerynea porphyrea, sonríe y aprecia la lección que nos enseña: la supervivencia viene de permitir que las fuerzas naturales capacidad de actuar sin nuestro constante monitoreo y control. El mundo natural prospera no en debates acalorados sino en la sencillez de lo que es, dejando que la experiencia histórica nos enseñe en lugar de fijarnos fielmente en gráficos y fórmulas preconcebidas.