Hace tiempo que no nos topábamos con una novela que lograra despertar tantas pasiones como Cabras. Escrito por el audaz Mario Levrero en 1984, este libro no es para cualquiera. Levrero se las ingenia para escribir una obra que desafía las normas establecidas de la literatura sin perder el hilo de realidad que encanta y, a la vez, perturba. Cabras se sitúa en la lejana Montevideo, pero podría ser cualquier sitio que se rehúsa a arrodillarse ante las ideas impostadas de diseño social.
En Cabras, los protagonistas se emplean en una suerte de microcosmos donde luchan contra el control que ejercen las instituciones. Pero claro, ¡cómo no! Alguien tenía que ponerle los puntos sobre las íes a este asunto. Es una crítica punzante, llena de ironía, que muchos lectores libres podrán disfrutar al máximo por su enfoque insólito y desinhibido.
A la gran pregunta de por qué Cabras sigue siendo relevante hoy, la respuesta es simple: es la insistente narrativa de que la libertad individual sigue siendo el corazón de lo que nos hace humanos, aunque muchos quieran hacernos creer lo contrario. Levrero no tuvo miedo de desafiar los tabúes contemporáneos, prefiriendo escribir con un toque de ironía que para algunos puede ser incómodo. Su habilidad para abordar temas pesados con un ligero humor desafía a cualquier lector a examinar su papel en el vasto teatro del mundo moderno.
Ahora, si te estás preguntando cómo esta novela se mantiene fresca después de casi cuatro décadas, es debido a su esencia subversiva que nunca ha dejado de ser discutida. No se le olvidó a Levrero cómo mantener a los lectores enganchados mientras mezcla fantasía con situaciones cotidianas, sumergiéndonos en una realidad alterna donde las "cabras" se rebelan.
Digamos que Cabras no es lectura fácil para los que prefieren colores pastel y finales que lo amarren todo con un lacito bonito. Este libro desafía más bien a mirar lo crudo y lo imperfecto del mundo. El autor no se deja llevar por el moralismo y disecciona las estructuras que quieren dictar nuestros pensamientos. Su estilo de escritura obliga a replantearnos si estamos siendo auténticos o sólo actores en el gran espectáculo de lo políticamente correcto.
Luego está el tema de la sátira social, un elemento crucial en la historia. A través de los absurdos de los personajes y sus destinos, Levrero revela las contradicciones de nuestras sociedades contemporáneas. Algunos dirán que esta es una ventana directa a una forma de vida que pronto podría esfumarse, pero es más acertado pensar que Cabras traza un mapa para escapar de las jaulas modernas.
Sin embargo, en una época donde la tolerancia se confunde con la aceptación ciega de todas las ideas, es refrescante encontrar un autor que va a contracorriente. Para quienes no se atreven a cuestionar las narrativas convencionales del día, Cabras es una revelación liberadora.
Esta novela sigue provocando, en parte, porque Levrero creó un escenario donde la incompetencia, envidia y ambición son aspectos destacados de una sociedad que se olvida de sus raíces. Los personajes no son modelos a seguir; son apenas reflejos de lo que muchos podrían llegar a ser si se dejan arrastrar por el flujo homogéneo de masas conformistas.
En cuanto a cómo es recibido este libro en círculos más modernos y ¿cómo decirlo shoegazing?, la realidad es que toca la fibra sensible de algunos, lo cual es ya una victoria en sí misma. La mayoría de los valientes que emprenden este viaje literario terminan apreciando el genio de Levrero, aun si no están de acuerdo con su visión desenfadada de la existencia.
En resumen, Cabras de Mario Levrero es un logro en sí mismo, un faro en el silencio de la normalidad que nos envuelve. Es una obra envolvente que explora lo real e ilógico del ser humano, con un estilo que hoy en día es raramente igualado.