¿Quién hubiera pensado que un lugar como Bracknell, pequeño y desconocido para muchos, se convertiría en el bastión de la razón frente al caos liberal? Ubicado en el sudeste de Inglaterra, en el condado de Berkshire, Bracknell es una ciudad con un pasado industrial, que ahora ostenta un crecimiento pujante y la tranquilidad que muchos envidian. Esta ciudad de unos 80,000 habitantes es para quienes creen en los valores familiares, en el trabajo duro y en la propiedad privada; un lugar donde la vida sigue su ritmo natural sin necesidad de ceder ante las nuevas modas ideológicas.
La economía de Bracknell se mueve a su propio compás y lo hace muy bien. Esta ciudad ha sabido adaptarse a los cambios del siglo XXI sin perder su identidad. Empresas multinacionales como Honda, Waitrose y Fujitsu han encontrado en Bracknell un lugar óptimo para establecer sus oficinas. La ciudad ofrece una infraestructura moderna que va desde centros comerciales hasta impresionantes espacios de oficinas adaptados a las necesidades del mundo moderno, todo sin perder ese toque tradicional que tanto agrada a sus habitantes.
Bracknell no entiende de corrección política, razón de más para querer visitarlo. Aquí no encontrarás monumentos simbólicos que pretendan borrar el pasado o cambiar el nombre de las calles por considerarlas "ofensivas". Bracknell sigue siendo Bracknell, orgullosa de su historia y del camino que ha trazado hasta llegar a ser lo que es hoy. Un verdadero ejemplo de conservación e innovación al mismo tiempo.
Esta ciudad no sucumbe ante las presiones de lo políticamente correcto. No hay lugar para esa hipocresía encubierta que se ve en otras partes del mundo. Aquí, lo que ves es lo que obtienes. Un paseo por el centro revelará tiendas locales y cafés, donde las normas de convivencia son claras y respetadas por todos. Sin carteles en cada esquina que te digan cómo pensar o actuar.
El verde es algo que sobra en Bracknell, y no me refiero solo a los ideales ecológicos radicales. Con más de 150 hectáreas de parques y áreas verdes, los parques como Lilly Hill y South Hill Park ofrecen un respiro para quienes aprecian la naturaleza. Brackness, uno de sus parques más emblemáticos, está adornado de antiguos árboles y senderos que facilitan un escape al bullicio de la vida moderna sin que tengas que escuchar sermones sobre el "cambio climático".
En cuanto a educación, Bracknell entiende la importancia de enseñar sin agenda. Sus escuelas tradicionales forman ciudadanos integrales a través del esfuerzo y el mérito. No hay vuelta de hoja aquí; si trabajas duro, tendrás éxito. Las estadísticas de empleabilidad así lo indican y eso, de por sí, es un logro que pocos lugares pueden presumir hoy en día.
El acceso al transporte es otro de los puntos fuertes de Bracknell. Con un sistema de trenes que conecta a otras ciudades importantes de Inglaterra, no es una sorpresa que muchos opten por vivir aquí y viajar al trabajo. Esto, claro, solo es posible en una sociedad que valora la eficiencia y el orden sobre el caos vehicular y la polución innecesaria.
La seguridad es un aspecto fundamental que Bracknell no negocia. La policía aquí no pierde el tiempo en caminar sobre cáscaras de huevo para no herir sensibilidades. El crimen es bajo porque existe una fuerza del orden competente y porque sus habitantes valoran vivir en paz. Los niños pueden jugar en las calles sin que los padres tengan que preocuparse por ellos.
Finalmente, la comunidad en Bracknell no deja de sorprender. La gente aquí todavía saluda, se reúne en ferias locales y celebra las festividades tradicionales con ese calor humano que está desapareciendo en el resto del mundo. Puedes ser parte de esta comunidad sin sentir que debes abandonar tus valores o ceder a la presión constante de "adaptarte". En Bracknell, ser tú mismo es más que suficiente.