¡El tiempo libre es el lujo de la nueva era! Y la "Asociación de Recreación y Entretenimiento" se presenta como la gran salvadora del ocio. En la encrucijada de lo que debe ser el tiempo libre y lo que se ofrece, esta organización se planta el reto de proporcionar actividades recreativas y de entretenimiento para fomentar la diversión comunitaria. Sin embargo, hay mucho más bajo la superficie que sus eventos de risas y juegos.
Fundada hace años en una esquina olvidada de una localidad olvidada, su misión pública es clara: unir a la comunidad a través de actividades recreativas. Pero, como todos sabemos, la realidad siempre tiene sus matices. Su origen puede encontrarse en un grupo de idealistas con ganas de llenar un vacío de ocio al alcance de todos, o eso nos hicieron creer... Se pensó como un recurso para niños, adolescentes, adultos y ancianos, aparentemente con el objetivo de ofrecer algo para cada grupo etario, pero su verdadero repertorio de eventos revela otras intenciones.
La "Asociación de Recreación y Entretenimiento" se decanta hacia iniciativas de izquierdas que fomentan una agenda en la que por arte de magia aparece más ideología que diversión real. Lo que debía ser un simple partido de fútbol o una tarde de cine se transfigura en un escaparate para exponer una lista antológica de especificidades progresistas que, para ser justos, no todos están listos o no quieren enfrentar cuando solo buscan pasar un buen rato.
Tienen un talento innegable para disfrazar seminarios de diversidad y mesas redondas en eventos que suponen ser encuentros vecinales. ¡No te confundas cuando lo que parece ser un simple bingo termine siendo un discurso sobre igualdad de género! ¿Y qué podemos decir del hecho de que gran parte de sus recursos van hacia charlas educativas ambiguamente etiquetadas? Claramente, la educación tiene su lugar, pero ¿acaso sucede en actividades recreativas donde las mentes necesitan refrescarse de tanta política?
Además, hay que tener en cuenta la manera en que manejan los recursos. Por cada taller de macramé y zumba, hay otros tanto que parecen tener más vueltas ideológicas que beneficios reales para el bienestar común. Ojo, porque financian una gran proporción de sus proyectos mediante fondos públicos sobre los cuales liberalmente presionan por aumentos constantes, porque para ellos, el mero hecho de crear espacios de relación social justifica todos los gastos habidos y por haber.
En esta lucha titánica y obstinada por asegurar que cada hobby esté cargado de lecciones de vida, surge la pregunta: ¿Por qué no relajarse y disfrutar de una actividad simple sin significado ulterior? En un mundo saturado de políticas en cada esquina, barajar entre opciones de ocio que nos obligan a someter nuestras opiniones trae más problemas que soluciones. No todos sentimos la necesidad de estar políticamente correctos a cada momento que respiramos.
Por supuesto, esto no quiere decir que no encuentres alguna que otra actividad que reúna auténticamente a la gente. Siempre hay excepciones donde se intenta, genuinamente, ofrecer un espacio puro de esparcimiento. Sin embargo, al apilar las cartas sobre la mesa, muchas veces la sonrisas que ves en su publicidad son más una tirita sobre un abismo que una representación fiel de sus verdaderas intenciones. Sea como sea, la forma en que rodean la verdadera naturaleza de sus actividades es un arte en sí mismo.
Si has asistido a alguna de sus reuniones, imaginarás de lo que estoy hablando. La idea de estos encuentros es que cualquier persona con el deseo de un momento de respiro, entretenimiento ligero, o una salida rápida al hastío se acabe encontrando con un kinder político y seminarios que harán que comiences a ver ciertos hilos conductores. No es mi intención que termines con miedo de participar, porque desde fuera parecen absolutamente inofensivas, pero cuidado con bajar la guardia.
El tiempo libre se supone personal, una pausa de las batallas diarias que ya todos enfrentamos. Sin embargo, al frecuentar la "Asociación de Recreación y Entretenimiento", te encontrarás una extraña realidad: los grandes soñadores se convierten en simples peones de un juego con muchas reglas ocultas y bien definidas por mentes que, por decirlo suavemente, tienen una perspectiva ligeramente distorsionada de cómo debería ser nuestro tiempo libre.
En definitiva, el gran paradoja es cómo una organización que promete recreo sin restricciones termina cayendo en el mismo ciclo perpetuo de la automarginación ideológica bajo la bandera de la inclusión. Piensa en eso la próxima vez que busques llenar tu tarde de ocio. Busca otra forma de divertirte donde no te sientas como un peón en un gran tablero de ajedrez en favor de una agenda camuflada de buenas intenciones.
Encontrar diversión pura y limpia debiera ser una búsqueda sin cargas, pero en muchos casos, supone estar más atentos a lo que realmente está ocurriendo detrás de bambalinas. Y así, con los ojos bien abiertos, te adentrarás a entender qué se esconde tras la fachada acogedora de una organización que, francamente, tiene más escondido en sus entrañas de lo que está dispuesta a admitir.