La Asamblea General de Nueva York: Un Circo Progresista

La Asamblea General de Nueva York: Un Circo Progresista

La Asamblea General de Nueva York implementa políticas progresistas que impactan impuestos, energía, despenalización y más, generando controversia y desafíos para los ciudadanos.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

La Asamblea General de Nueva York: Un Circo Progresista

¡Bienvenidos al espectáculo más grande de la política progresista! La Asamblea General de Nueva York, ese lugar donde las ideas más descabelladas se convierten en leyes, está en pleno apogeo. Este cuerpo legislativo, compuesto por 150 miembros, se reúne en Albany, la capital del estado, para decidir el destino de millones de neoyorquinos. ¿Cuándo? Cada año, desde enero hasta junio, y a veces en sesiones especiales cuando las cosas se ponen realmente locas. ¿Por qué? Porque alguien tiene que asegurarse de que Nueva York siga siendo el bastión de las políticas más progresistas del país.

  1. Impuestos, impuestos y más impuestos: Si hay algo que la Asamblea General de Nueva York ama, es aumentar los impuestos. Desde impuestos a las bebidas azucaradas hasta impuestos a las bolsas de plástico, no hay nada que no puedan gravar. ¿El resultado? Los neoyorquinos pagan algunos de los impuestos más altos del país, y aún así, los servicios públicos dejan mucho que desear.

  2. El sueño de la energía verde: La Asamblea está obsesionada con la energía verde, y no importa cuánto cueste. Han aprobado leyes para cerrar plantas de energía nuclear y de gas natural, mientras sueñan con un futuro alimentado por molinos de viento y paneles solares. ¿El problema? La tecnología aún no está lista para soportar la demanda energética de Nueva York, pero eso no detiene a los legisladores.

  3. Despenalización de todo: Desde la marihuana hasta el hurto en tiendas, la Asamblea ha trabajado arduamente para despenalizar una serie de delitos. La idea es reducir la población carcelaria, pero lo que realmente han logrado es un aumento en la delincuencia. Los neoyorquinos ahora tienen que lidiar con más robos y menos consecuencias para los delincuentes.

  4. Educación progresista: Las escuelas públicas de Nueva York están en el centro de un experimento social. La Asamblea ha impulsado currículos que se centran más en la ideología que en la educación básica. Los estudiantes aprenden sobre justicia social y cambio climático, pero sus habilidades en matemáticas y lectura están por debajo del promedio nacional.

  5. Control de armas extremo: Nueva York tiene algunas de las leyes de control de armas más estrictas del país, gracias a la Asamblea. Mientras los ciudadanos respetuosos de la ley luchan por obtener permisos, los criminales parecen tener acceso ilimitado a armas ilegales. La seguridad pública no ha mejorado, pero eso no detiene a los legisladores de seguir apretando las tuercas.

  6. Vivienda asequible, pero no realmente: La Asamblea ha aprobado una serie de leyes para crear viviendas asequibles, pero el resultado ha sido un desastre. Los costos de construcción se han disparado, y los desarrolladores están huyendo del estado. La oferta de viviendas no ha mejorado, y los precios siguen subiendo.

  7. Salarios mínimos descontrolados: En un intento por ayudar a los trabajadores, la Asamblea ha aumentado el salario mínimo a niveles insostenibles para muchas pequeñas empresas. El resultado ha sido una ola de cierres de negocios y pérdida de empleos. Pero, ¿quién necesita una economía próspera cuando se puede tener un salario mínimo alto?

  8. Transporte público en ruinas: A pesar de los altos impuestos, el sistema de transporte público de Nueva York está en decadencia. La Asamblea sigue prometiendo mejoras, pero los trenes siguen llegando tarde y las estaciones están en mal estado. Los neoyorquinos merecen algo mejor, pero parece que tendrán que esperar.

  9. Sanctuary State: Nueva York se ha convertido en un estado santuario, protegiendo a los inmigrantes ilegales de la deportación. La Asamblea ha aprobado leyes que prohíben la cooperación con las autoridades federales de inmigración, lo que ha generado controversia y preocupación por la seguridad pública.

  10. El futuro incierto: Con cada sesión legislativa, la Asamblea General de Nueva York parece alejarse más de las preocupaciones reales de los ciudadanos. Mientras los legisladores se centran en sus agendas progresistas, los problemas cotidianos de los neoyorquinos quedan en segundo plano. ¿Qué nos deparará el futuro? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: la Asamblea General de Nueva York seguirá siendo un espectáculo digno de ver.