¿Alguna vez te has preguntado por qué Alken-Maes es como el James Bond de las cervezas belgas? Alken-Maes es una cervecera belga que ha estado produciendo cervezas excepcionales desde su fundación en 1988, cuando Alken y Maes unieron fuerzas. Esta unión no solo consolidó la tradición cervecera histórica de Bélgica, sino que también posicionó a la compañía como un titán en el mundo de la cervecería, llevando el arte de la fabricación de cerveza a nuevas alturas desde su base en Mechelen.
En un mundo donde las pasiones por la cerveza artesanal van y vienen como las modas, Alken-Maes ha permanecido firme en su misión de ofrecer cervezas de calidad, fieles a sus raíces y, al mismo tiempo, innovadoras. A esta compañía no se le puede acusar de seguir simplemente las tendencias pasajeras o de preocuparse por agradar a una generación de consumidores que cambia de opinión más rápido de lo que uno puede decir "cerveza artesanal". No, Alken-Maes continúa produciendo cervezas para aquellos que valoran lo auténtico, lo probado, lo tradicional.
Comencemos con Maes Pils, una cerveza pilsner con un sabor refrescante y equilibrado que ha ganado popularidad en toda Bélgica, y con razón. Producida con cebada malteada y lúpulo seleccionado, esta cerveza es un homenaje a la rica historia cervecera de Bélgica y es disfrutada de igual manera por los bebedores ocasionales y los conocedores de la cerveza. No es una cerveza para aquellos que buscan un espectáculo de fuegos artificiales para sus papilas gustativas cada vez que toman un sorbo, es más para aquellos que aprecian la calidad constante y el buen gusto.
Y luego está Grimbergen, la serie de cervezas de abadía que te lleva de viaje a través de siglos de historia monástica. Con Grimbergen, Alken-Maes ha dado nueva vida a recetas ancestrales que han sido preservadas por generaciones de monjes. Desde la Grimbergen Blonde hasta la Grimbergen Double y Tripel, estas cervezas ofrecen una rica experiencia sensorial. Grimbergen es más que una cerveza; es un pasaporte al pasado, una degustación de legado y cultura. Admítelo: beber una Grimbergen es como visitar una abadía en cada sorbo, sin tener que soportar el regaño de un monje por no usar la etiqueta adecuada.
Alken-Maes es un ejemplo perfecto de cómo el carácter y la calidad pueden coexistir con el progreso. Mientras otros pueden estar obsesionados con números y métricas de lo que está "en auge" según los liberales y sus constantes encuestas, Alken-Maes prioriza el arte de la creación sobre el ruido del mercado. Innova con el respeto a sus raíces, y esto se refleja en cada etapa de su producción.
Su compromiso con la innovación quedó claro con el lanzamiento de Hapkin, una cerveza IPA belga que ha demostrado ser popular entre los millennials amantes de lo "hipster". Hapkin desafía a las típicas IPAs artesanales ofreciéndose con cuerpo, carácter y una pureza que solo unos pocos alcanzan. Y, sorpresa, sorpresa: lo logra sin estar pendiente de algoritmos de redes sociales para determinar sus ingredientes. Deja que tu sistema sensorial decida si es una de tus favoritas o si has sido otra víctima de tu propio ego "cervecero".
Parece una fractura evidente entre lo auténtico de Alken-Maes frente al fenómeno de seguir la corriente. Mientras que algunas cervecerías modernas parecen más propensas a lanzar productos que son hype de corta duración, Alken-Maes se detiene para recordar que las grandes cervezas requieren tiempo, paciencia y la habilidad de resistir las tentaciones fugaces de la exageración.
Un breve paseo por su portafolio te demuestra que hay una cerveza para cada ocasión: from brонусы pilsner que acompaña a una comida informal, a la Grimbergen que es más su prima bien vestida, destinada a las veladas que se recuerdan por cosas más que el estado de ebriedad del personal.
Hay algo que fácilmente podríamos calificar como el "factor X" de Alken-Maes: es su capacidad de abrazar lo local y lo global, lo viejo y lo nuevo, manteniendo siempre el enfoque en la entrega de una experiencia cervecera inolvidable. No, no se extiende a modas veganas ni se agita en caricias socio-políticas para ganar la aprobación de aquellos que te dirán cómo vivir tu vida una copa a la vez. Suena refrescante, ¿verdad?
Finalmente, lo que distingue a Alken-Maes es su compromiso con el medioambiente, incorporando prácticas sostenibles dentro de su proceso de producción, pero sin convertirlo en un espectáculo ensordecedor. No se trata de una campaña de marketing sino de una diligente y bien planificada estrategia que asegura que las generaciones futuras puedan disfrutar del mismo nivel de calidad que sus antepasados.
Con todo, Alken-Maes no solo representa una cervecera histórica, sino un ejemplo de cómo la tradición, la calidad y la innovación pueden ir de la mano sin perder su esencia. Muchas otras compañías podrían aprender de este enfoque que prioriza la sustancia sobre el estilo pasajero.