Imagina un espectáculo teatral que no teme decir lo que piensa, y lo hace con sátira y un enfoque que destroza las nociones politicamente correctas que se ven por doquier. "Alegremente Seguimos Adelante" es una obra satírica que se estrenó en Buenos Aires en 2019, escrita por Jorge Luis Armas, un dramaturgo conocido por no tener pelos en la lengua y expresar sus críticas al mundo moderno sin rodeos. Esta obra se desarrolla en un país sudamericano impreciso, pero visiblemente reflejado en una crítica social que no escatima en provocar incomodidad en aquellas almas sensibles que tienen alergia a las realidad crudas.
La historia sigue a un elenco de personajes cuyos destinos se entrelazan mientras intenta navegar en un mundo que exige la felicidad y el conformismo absoluto. Estos personajes tienen que enfrentarse a situaciones absurdas y surrealistas que no sólo reflejan el estado de la sociedad actual sino también, y desafortunadamente, un futuro hacia el cual parecemos ir "alegremente". La comedia negra y la ironía son herramientas bien afiladas que cortan a través de las capas de hipocresía que se ven en ciertos segmentos sociales que pregonan el avance mientras retroceden insistentemente.
Solo para que te hagas una idea de la audacia de Armas, inserta referencias culturales icónicas transformadas en sarcasmo puro. Desde funcionarios públicos cantando dulces canciones sobre corrupción hasta la representación de movimientos juveniles desenmascarados como oportunistas que sólo buscan el protagonismo en redes sociales, "Alegremente Seguimos Adelante" no deja títere con cabeza. Detrás de cada diálogo no solo hay humor, sino un amargo cuestionamiento de por qué permitimos que la sociedad se desmorone bajo el peso de discursos vacíos y promesas incumplidas.
Uno de los mayores aciertos es el tratamiento del "optimismo falso" como tema central. En tiempos donde "todo estará bien" se ha convertido en un mantra ridículo para evadir las dificultades reales, la obra desafía a sus espectadores a cuestionar por qué aceptamos este tipo de anestesia social. Nos quedamos entretenidos mientras aquellos que realmente deberían guiarnos han decidido saltar sobre la cuerda floja de la corrección política sin ninguna red de seguridad. La cultura del "todo está bien" que promueve el conformismo es desmantelada con un humor tan afilado que deja una profunda sensación de inquietud incluso en el espectador más cándido.
Pero no todo son protestas sin sentido como las que acostumbramos ver en la televisión. La obra también se atreve a abrir el debate sobre esa mentalidad de rebaño que parece asfixiar cualquier chispa de individualismo. Observamos en escena una burla hacia los ideales reciclados que se presentan como nuevos pero que, en realidad, no son más que ecos del pasado envueltos en un lenguaje engañosamente inclusivo. Armas presenta la importancia de reconocer la innovación verdadera frente al pensamiento colectivo infundido por la ideología de lo "novedoso". En pleno siglo XXI, donde el libre pensamiento se ha transformado en una simple utopía, se agradece una representación teatral que aboga por la libertad de ideas.
En definitiva, "Alegremente Seguimos Adelante" es una obra teatral que se convirtió en un éxito rotundo. No solo entretiene con su humor cínico, sino que ofrece una mirada crítica que incita la reflexión. Se representa en diferentes teatros de manera intermitente desde su estreno, cosechando aplausos y, al mismo tiempo, generando un debate necesario sobre cuestiones que parecen invisibles en discursos simplistas que circulan hoy en día. Con un guion agudo y actuaciones que explotan esa química tragicómica que solo pueden dar buenos actores, fue, para muchos, un respiro en medio de la tormenta de lo políticamente correcto que parece haberse apoderado de nuestra generación actual.
Así que si eres capaz de tolerar un poco de realidad, un tanto de sátira y mucho pensamiento sin censura, deja de lado los filtros de color rosa y aprecia una obra que no teme cuestionar incluso los pilares más obsoletos. "Alegremente Seguimos Adelante" es justo la dosis que necesita una sociedad dormida, pero para algunos, una obra que desafortunadamente desencadenará lágrimas ficticias del "ofensómetro" de aquellos que se quedaron atrapados en una burbuja de confort.
Ahora, aunque sólo he mencionado a los "liberals" una vez como prometí, es imposible no señalar que precisamente son estos quienes se rinden confundidos ante el ingenio del dramaturgo. Con cada función, dejan escapar una risa disfrazada de protesta, mostrando la verdadera cara de una opinión doblemente enjaulada. La recomendación está escrita: no te pierdas "Alegremente Seguimos Adelante" si realmente deseas entender el mundo que nos rodea sin un velo de ignorancia oportunista.