Agustín Henry Shepperd: Una Historia que los Progres no Quieren que Conozcas

Agustín Henry Shepperd: Una Historia que los Progres no Quieren que Conozcas

Agustín Henry Shepperd, un pensador audaz nacido en Buenos Aires, desafía las corrientes dominantes con su enfoque en el libre mercado y valores tradicionales.

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Conoce a Agustín Henry Shepperd, un nombre que quizás no suene tan familiar, pero que, sin duda, debería ocupar un lugar importante en la historia reciente. Nacido el 22 de marzo de 1985 en Buenos Aires, Argentina, este inquieto pensador se convirtió en una figura destacada gracias a su habilidad para desafiar la corriente de pensamiento dominante. En una época donde el debate se sofoca y las opiniones disidentes son aplastadas, Shepperd emerge como un faro de resistencia ideológica.

Desde sus inicios, Shepperd mostró una inclinación por la política y la historia. A una edad temprana, cuestionó las narrativas tradicionales, siempre impulsado por su búsqueda de la verdad. En 2008, su carrera despegó al colaborar con diversos think tanks en América Latina, donde se enfocó en promover políticas económicas de libre mercado y la defensa de las libertades individuales. Esta vocación lo llevó a estudiar ciencias políticas en la Universidad de Buenos Aires, forjando un perfil sólido que lo posicionó como una voz influyente de la derecha en el continente.

Ahora bien, ¿qué hace a Shepperd un personaje tan intrigante? Aquí te presentamos los puntos más relevantes de su trayectoria que, con toda seguridad, irritarán a los más progresistas.

  1. Un Escéptico del Cambio Climático: En un mundo donde hay una carrera frenética hacia políticas de energía verde, Shepperd se presentó como un escéptico mordaz del alarmismo climático. Defiende tecnologías que mejoran la eficiencia de combustibles fósiles. Según él, la histeria climática es una distracción de los problemas reales que enfrenta la humanidad, como la pobreza y la educación. Su enfoque choca frontalmente con las narrativas imperantes, dejando a muchos autoproclamados salvadores del planeta echando humo.

  2. Libre Mercado sobre el Socialismo: En sus múltiples ensayos y conferencias, Agustín defiende el capitalismo como el motor del progreso social. Su perspectiva es simple: el socialismo ha fracasado siempre, mientras que el libre mercado ha redundado en un incremento de la prosperidad. Argumenta que la verdadera libertad solo puede existir cuando los individuos tienen la autonomía para tomar sus propias decisiones económicas sin la coerción del Estado.

  3. Educación sin Adoctrinamiento: En un análisis crudo de los sistemas educativos vigentes, Shepperd ha señalado cómo la educación pública ha dejado de ser un terreno de cultivo para el pensamiento crítico, siendo reemplazado por un adoctrinamiento ideológico de izquierda. Plantea la necesidad de reformar las currículas escolares para incluir perspectivas históricas y políticas diversas, dándole a la próxima generación las herramientas para pensar por sí mismos.

  4. Derechos Humanos para Todos, Servicio Militar para Algunos: Tal vez uno de sus puntos más polémicos fue proponer el servicio militar obligatorio como un instrumento para reforzar el civismo y el sentido de responsabilidad en la juventud. En su opinión, la disciplina y la camaradería podrían reconstruir el tejido social que, desde su punto de vista, se ha deshilachado en la modernidad. Contra lo que muchos podrían pensar, Shepperd insiste en que es una manera de equiparar a los ciudadanos al servicio de un bien común.

  5. Tradición y Familia: Firme defensor de los valores tradicionales, siempre subraya la importancia de la familia como la unidad nuclear de la sociedad. Esto lo lleva a cuestionar políticas que considera amenazan esa estructura, argumentando que la estabilidad familiar genera individuos más saludables y sociedades más robustas. Por supuesto, este enfoque lo coloca en la línea de fuego de aquellos que abogan por redefinir lo que significa ser una familia.

  6. Voto Electrónico Bajo Sospecha: Shepperd se ha mostrado crítico sobre la implementación de sistemas de votación electrónica, argumentando que la integridad del proceso electoral está en riesgo de ser manipulada. La transparencia, según él, debería ser una prioridad, y no duda en señalar la posibilidad de intervenciones maliciosas como una amenaza a la democracia.

  7. América Latina, Prioridad Regional: Una de sus apuestas estratégicas es el fortalecimiento de enlaces con países vecinos, sugiriendo una integración pragmática que se enfoque en el libre comercio y la cooperación en seguridad. Aquí, su pragmatismo es evidente, al abogar por relaciones que no estén condicionadas por ideologías que fragmentan y dividen.

  8. Religión como Pilar del Bien Común: Shepperd sostiene que la religión, lejos de ser un obstáculo, es un baluarte de moralidad en la vida pública. En su opinión, los sistemas religiosos proveen un código ético fundamental que las sociedades modernas están desperdiciando al tratar de eliminar la religión del ámbito público.

  9. Tecnología con Precaución: No es contrario al progreso tecnológico, pero advierte sobre las implicaciones éticas de un mundo absolutamente digitalizado. Considera que cada avance debe ser sopesado junto con su potencial para erosionar las libertades individuales.

  10. Voces Silenciadas en los Medios: Finalmente, destaca por su crítica a los medios de comunicación dominantes, a los que acusa de tener un sesgo evidente que margina las voces conservadoras. Para Shepperd, el equilibrio debe ser restaurado, y cada ciudadano debería ser exigente con la información que consume, cuestionando la veracidad y las intenciones detrás de cada titular.