AGC Inc. suena como algo más salido de una novela corporativa de espionaje que de la realidad industrial. Sin embargo, esta empresa japonesa, con más de un siglo de historia, lidera en la producción de vidrio, electrónica y productos químicos. Fundada en 1907 por Toshiya Iwasaki (sí, otro Iwasaki, de esos que cimentaron la industria japonesa), AGC tuvo una visión clara: transformar el mundo con sus materiales avanzados. ¿Cuándo? Justo en el ocaso de la Era Meiji, cuando Japón daba zancadas hacia la modernización. Desde su base en Tokio, se expandió rápidamente por Asia y luego al resto del mundo. Pero aquí viene lo interesante, nunca perdió su enfoque en la innovación y el empleo de tecnología avanzada para ofrecer productos que fueran fiables y de la más alta calidad. Esto, por supuesto, en una era en que las modas pasan rápido y los gadgets del año anterior se convierten en obsoletos.
Hablemos del vidrio, el alma de AGC. Esta empresa no solo produce las típicas ventanas y espejos, sino que ha revolucionado su fabricación. Aquí la magia reside en la calidad óptica y la durabilidad; ellos son los responsables del vidrio en automóviles y rascacielos, haciéndolos más seguros y eficientes energéticamente. Mientras algunos creen que cualquier trozo de vidrio sirve para todo, AGC ha demostrado que hay niveles y que la perfección no es accidental. Antes de que aparezca la histeria por los "empleos verdes" y las casas inteligentes, esta empresa ya encabezaba la mejora en eficiencia energética y sostenibilidad en vidrio. Eso, mis amigos, es llevar la delantera.
Pasemos a la electrónica, otro campo en el que AGC hace más que solo pasar lista. Esta empresa produce materiales esenciales para dispositivos electrónicos modernos, como pantallas para TVs y teléfonos móviles. Mientras muchos pierden tiempo peleando por tener las últimas innovaciones móviles cada año, AGC se encarga de que las marcas tengan una base robusta de materiales de calidad que permita estos avances. Aunque no lleve el crédito final, la tecnología de la pantalla que miras día a día podría estar respaldada por ellos.
La química es ese espectro a menudo incomprendido en la industria. En lugar de subirse al carro de alarmismos ambientales o químico-fóbicos, AGC ha apostado por productos profesionales que cumplen rigurosos estándares de seguridad. Desde productos químicos para la industria hasta dispositivos médicos, han mantenido un nivel de calidad que hace que uno se pregunte por qué otros necesitan tanta regulación para hacer lo mismo bien. Probablemente porque no todos son tan diligentes como AGC en mantener altos estándares sin necesidad de una sherpa gubernamental que los guíe.
Y no olvidemos su expansión global. AGC no solo se han centrado en Japón. Su crecimiento en los mercados internacionales ha sido vigoroso y estratégico. Esto se debe en parte a que han sabido cultivar una reputación de fiabilidad y excelencia, algo que puede dejar a más de un defensor de la globalización cuestionándose los métodos occidentales de hacer negocios. ¿Es lo que necesitamos? Grandes empresas que mantengan sus principios en el corazón de su expansión, sin traicionar de dónde vienen o comprometer su calidad para alcanzar nuevas costas. Sorprendentemente simple cuando se piensa.
Si algo es cierto, es que AGC ha demostrado que los conservadores con una buena estrategia son capaces de gestionar y dirigir exitosamente sin tener que adaptar sus principios al vaivén de la política o las modas erráticas. Algunos probablemente llamen a esto "arcaico", pero como dice el dicho, si algo funciona, no lo cambies. AGC es un testimonio viviente de cómo se puede liderar una industria sin perder el rumbo ante adversidades modernas. Aciertos que invitan a reflexionar sobre quiénes realmente definen el progreso.