Los Acuerdos de Paz de París: ¿Paz o Pantomima?

Los Acuerdos de Paz de París: ¿Paz o Pantomima?

Antes de que pienses que los Acuerdos de Paz de París son un monumento a la diplomacia, es vital saber que tal vez no fueron más que una distracción política. Firmados el 27 de enero de 1973, marcaban un supuesto fin del conflicto en Vietnam, pero ¿realmente trajeron paz?

Vince Vanguard

Vince Vanguard

Antes de que te adelantes y pienses que los Acuerdos de Paz de París son el epítome de la diplomacia internacional, déjame decirte que no es oro todo lo que reluce. Se llevó a cabo el 27 de enero de 1973, en plena Guerra de Vietnam, en la emblemática ciudad de París. Estos acuerdos prometían la paz entre Estados Unidos, Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y el Viet Cong, y sí, también sellaron el destino de toda una región. Pero, ¿fueron realmente esa bala de plata que nos prometieron o una fachada para contentar a las multitudes?

Lo primero que tenemos que tener presente es la arquitectura de estas conversaciones. Estaban destinadas a poner fin a un conflicto bélico que llevaba años haciendo estragos. Sin embargo, estos acuerdos no eran más que una pausa superficial, un intento de salir corriendo de una situación en la que metimos las narices, porque quienes ya sabemos decidieron que el comunismo debía ser apagado en todo lugar.

¿Quién pensó que simplemente con una firma se acabaría una guerra de tal magnitud? Antes de aplaudir y besar el suelo que pisan los organizadores, hay que cuestionar la efectividad de esa tinta en papel. ¿Realmente sirvieron para traer la paz o solo lograron que Estados Unidos se lavara las manos y dejara a Vietnam del Sur a su suerte?

Otro punto candente fue la cuestión de los prisioneros de guerra. Los Acuerdos de París estipularon que se liberarían más de 500 prisioneros de guerra estadounidenses, pero hay que ser honestos: ¿esto era un paso hacia la paz o una medida para minimizar el daño político en Washington?

El objetivo oficial de los acuerdos era el cese al fuego, pero en realidad lo que vimos fue más un cese al fuego temporal mientras las tropas estadounidenses evacuaban. Después de todo, ¿quién se creía que el Viet Cong simplemente iría a jugar al ajedrez mientras los firmantes regresaban a casa para celebrar?

Lo curioso es cómo estos tratados casi olvidaron conscientemente al pueblo vietnamita, aquel mismo que debía ser el primer beneficiario de la paz. La imparcialidad y objetividad de los acuerdos quedaron en duda desde un inicio, considerando que se hicieron sin la presencia de China o la Unión Soviética, actores claves del conflicto cuya ausencia tenía un motivo: ninguno quería mostrarse culpable frente a sus esbirros.

Y aquí va la cereza del pastel: mientras Estados Unidos se apresuraba a cantar victoria y presumir la "paz," la violencia en Vietnam del Sur no sólo continuó, sino que se intensificó. Los acuerdos no detuvieron la guerra; simplemente reestructuraron cómo se percibía.

Lo que quedó claro fue que los Acuerdos de Paz de París quizás eran más una estrategia de retirada con algo de maquillaje político que un verdadero esfuerzo por resolver las diferencias. Mientras los organizadores se adjudicaban un supuesto éxito diplomático, el conflicto seguía alimentando el espíritu divisionista que dominó la segunda mitad del siglo XX.

El error siguió siendo trágicamente presente: abandonar la perspectiva de resolver las raíces del conflicto y dejar a Vietnam del Sur vulnerable fue un error de cálculo fenomenal. Los liberales de turno aplaudieron la supuesta "paz," como si unos papeles firmados en París fueran capaces de borrar una década de conflicto armado.

Podemos despacharnos con narrativas románticas sobre esfuerzos diplomáticos pero, la realidad, es también reconocer que los Acuerdos de Paz de París fueron útilmente ineficaces. Y así quedamos, con un tratado que supuestamente debería haber sido el pilar de largo plazo para la estabilidad, pero que fue probado ser todo lo contrario.

En resumen, compraron un poquito de paz aparentando justicia donde no la hubo. Los ciudadanos de Vietnam se quedaron con la corta vara de supuestos acuerdos de paz que fueron firmados más con fines de política interna en EE.UU. que con la intención de fomentar la verdadera paz duradera en Asia Sudeste.