¿Sabías que el parlamento más antiguo del mundo aún en funcionamiento se encuentra en una isla del Mar de Irlanda? Hablamos de Tynwald, una institución que no solo es un fenómeno histórico, sino también un modelo de gobernanza fascinante. Este parlamento ha estado activo desde hace más de 1.000 años en la Isla de Man, un lugar que parece sacado de una novela de fantasía con su cultura céltica e influencias nórdicas.
Tynwald es, ni más ni menos, la asamblea legislativa de la Isla de Man, que se lleva a cabo en dos lugares: Douglas y St. John's. Cada 5 de julio, se celebra una ceremonia al aire libre en Tynwald Hill, un evento llamado Día de Tynwald, cargado de tradición, en el que las leyes aprobadas durante el año se proclaman en tres idiomas: manés, inglés y noruego norn.
Lo que hace tan interesante al Tynwald, no es solo su longevidad, sino también su estructura bicameral que refleja sus raíces históricas. El Consejo Legislativo y la Cámara de los Terratenientes forman parte y actúan como un check and balance, lo que ayuda a mantener ventajas únicas en términos de gobernanza. Con un enfoque democrático que permite decisiones comunitarias y una mirada hacia la autogestión, Tynwald otorga un gran sentido de pertenencia y responsabilidad a los maneses, los habitantes de la isla.
Sin embargo, no todo el mundo piensa que este viejo sistema es lo ideal para la Isla de Man en un mundo moderno. Históricamente, Tynwald ha enfrentado críticas por estar demasiado centrado en tradiciones que algunos consideran obsoletas. Mientras que sus defensores sostienen que este anclaje a la historia otorga una identidad única y estable, los críticos argumentan que podría beneficiar a la isla abrazar reformas más progresistas, especialmente en aspectos financieros y de derechos humanos.
Desde una perspectiva históricamente liberal, se puede ver cómo Tynwald refleja el deseo humano de crear sistemas que sean eficientes y resonantes con sus comunidades. Sin embargo, también entendemos que el cambio progresivo es inevitable y, a menudo, necesario. Así como la historia de Tynwald está llena de adaptaciones y compromisos, también lo está su futuro.
A medida que otros parlamentos en el mundo han adoptado diversas formas de representación inclusiva, el debate sobre cuán democrática es realmente la estructura de Tynwald también está creciendo. Las generaciones más jóvenes, en especial, tienden a ser defensoras de incrementar la diversidad y pluralidad, ingredientes claves para un sistema representativo justo. Y aunque Tynwald está orgulloso de haber evolucionado para convertirse en uno más receptivo y moderno, la falta de representación proporcional sigue siendo un tema de conversación.
Otra cuestión interesante es el enfoque en la legislación ecológica. La Isla de Man ha estado tratando de equilibrar crecimiento económico y sostenibilidad ecológica, y la complejidad de su legislación refleja esta lucha. Como en muchos lugares, la transparencia y el escepticismo hacia las políticas climáticas han iluminado nuevas fricciones y expectativas entre conservadores y progresistas, quienes pugnan por un enfoque más inclusivo para salvar tanto a la economía como al medio ambiente.
Tynwald también ha estado trabajando para modernizar otras áreas como la tecnología y los derechos humanos. Hoy en día, el acceso a servicios digitales y la conectividad con el mundo exterior son esenciales. Esta dinámica ha forzado a Tynwald a repensar sus estrategias para mantener la relevancia y la utilidad de sus políticas ante las constantes transformaciones tecnológicas.
Aunque el Tynwald parece ser una reliquia de tiempos antiguos, también es un símbolo de tradición que resiste el paso del tiempo. Esto resuena profundamente con Gen Z, una generación que valora y busca una identidad única pero que también es consciente de que el cambio es esencial para la evolución. Navegar entre lo antiguo y lo nuevo supone un reto fascinante para este viejo parlamento, pero también detona esperanza de que lo mejor aún está por venir. Sin duda, Tynwald encarna la resiliencia, enseñándonos cómo un modelo de gobierno tan antiguo puede seguir teniendo un papel central en un mundo que no deja de cambiar.