Risas y Desastres: La Leyenda de 'Stan Helsing'

Risas y Desastres: La Leyenda de 'Stan Helsing'

¿Qué pasa cuando mezclas monstruos de terror con parodia y absurdas situaciones? 'Stan Helsing' nos lo demuestra con humor desenfrenado y un poquito de locura.

KC Fairlight

KC Fairlight

Si creíste que cazar monstruos era un asunto serio, es porque no has visto ‘Stan Helsing’. Esta película, estrenada en 2009 bajo la dirección de Bo Zenga, nos lleva a vivir una parodia hilarante del género de terror, eligiendo como escenario el entorno suburbano de Estados Unidos en vísperas de Halloween. La cinta sigue a Stan, un empleado cinevidente de un videoclub que, junto con sus amigos, se ve inmerso en una misión ridículamente absurda para enfrentarse a monstruos icónicos. ¿Por qué? Pues, al parecer, Stan comparte el apellido con el famoso cazador de vampiros, Van Helsing, y por alguna insensata razón, eso lo convierte en el elegido para terminar con la maldición que azota a su localidad.

El discurso de 'Stan Helsing' toca ciertos nervios sensibles, sobre todo entre aquellos que disfrutan de lo que se podría denominar como el 'terror clásico'. La película decide romper con las normas sagradas de la tradición horrorífica al burlarse de personajes icónicos como Freddy Krueger y Jason Voorhees. Para algunos amantes del cine de terror, mofarse de estas figuras podría interpretarse como una falta de respeto, una manera de ensuciar lo que consideran arte. Pero si nos paramos a pensarlo bien, también podríamos verlo como una declaración liberadora. Nadie dijo que no podemos reírnos de lo que nos da miedo, y en un mundo saturado de malas noticias, un poco de risa inofensiva no viene nada mal.

Por otro lado, 'Stan Helsing' se inscribe en una línea de películas de parodia que busca desmitificar y aligerar temas pesados. Es como si nos estuvieran diciendo que podemos enfrentarnos a nuestros miedos simplemente riéndonos de ellos. En cierto modo, esa es una ideología bastante liberal, que aboga por relativizar preocupaciones en vez de amplificarlas. En ese sentido, el buscar el humor en lo oscuro no es solamente una manera de tocar fibra con el público, sino también una respuesta provocadora a la popularidad del terror intenso.

Pero volvamos a lo que más interesa. La trama puede carecer de profundidad o sentido lógico, pero la película no se preocupa por eso. Los personajes, que se encuentran en su odisea imprevista, son tanto absurdos como entrañables. Los gags visuales y el humor slapstick aseguran que los críticos más jóvenes y de corazón abierto encuentren motivos para reír. La película incluye todos los clichés posibles y los desmantela con charm. Desde los disfraces hasta los efectos especiales que claramente no intentan engañar a nadie, 'Stan Helsing' se convierte en el epítome de la sátira contemporánea.

No obstante, pese a toda la diversión, no todos quedaron impresionados. La película sufrió de muchas críticas negativas por parte de la crítica más conservadora, que la tachó de reciclaje perezoso de chistes fáciles y parodias mediocres. Y está bien, porque la generación Z, acostumbrada a contenido más innovador y consciente socialmente, puede considerar que se han quedado anticuados algunos de sus aspectos. Estamos hablando de una audiencia que valora historias que trascienden lo superficial.

Al mismo tiempo, no debemos olvidar los espacios seguros que representan las películas ligeras como 'Stan Helsing'. Para los espectadores que quieren desconectarse de las demandas del día a día, este tipo de comedia muestra una valentía rara, riéndose de las sombras en las que otros ven peligro. Es un recordatorio de que el cine puede ser entretenimiento y crítica al mismo tiempo, que puede ofrecer reflexión y risas sin tomarse a sí mismo demasiado en serio.

Los cineastas que se atreven a burlarse del status quo, como Bo Zenga, ciertamente desafían las normas del género y ponen en jaque a los guardianes de lo ‘auténtico’. Claro, desde un ángulo, es una falta de respeto, pero desde otro, se puede ver como una restauración del cine como plataforma inclusiva, que invite a la diversidad de opiniones emotivas, estéticas y graciosas.

En el fondo, 'Stan Helsing' funciona como un relato satírico y, aunque quizás no pretenda llevarse un Oscar a casa, logra lo que pocas obras hacen: unirnos en nuestras diferencias. No todos los días se ve una película que tan sutilmente toma lo familiar y lo destruye para devolvernos algo nuevo, retador y quizás más alineado con nuestra nueva forma de ver al mundo. Así, Stan se convierte en un héroe más fresco para aquellos que han elegido, no temerle al miedo, sino reírse de él.