Sostén el Corazón no es solo una frase con tintes poéticos, es una promesa de cambio y esperanza en tiempos inciertos. En el corazón del ajetreo moderno de la Ciudad de México, cada octubre se celebra este vibrante evento artístico que une a miles de personas en una mezcla única de música, teatro, y diálogo social. Empezó en 2015, impulsado por colectivos artísticos que ven el arte como un medio para cuestionar las normas establecidas y para elevar voces que usualmente no encuentran espacio en el mundo consumista y acelerado del arte convencional. Aunque el evento tiene lugar a finales de la temporada de lluvias en México, cuando el clima invita tanto a revoluciones interiores como exteriores, la razón de su existencia es atemporal: generar un espacio de resistencia y solidaridad.
Lo que diferencia a Sostén el Corazón de otros festivales es su enfoque radicalizado sobre la inclusión y el empoderamiento comunitario. Aquí, el arte es una herramienta poderosa para sanar, cuestionar y proponer desafíos al sistema establecido. En la última edición, se exhibieron intervenciones y performances que reflexionaban sobre la identidad, la memoria histórica, y las crecientes problemáticas ambientales. Jóvenes y viejos, artistas de innumerables disciplinas se reunieron para compartir historias, creando una narrativa colectiva que se siente tan fresca como urgente.
La organización del evento sigue principios horizontales que buscan desafiar las jerarquías que históricamente han reinado sobre quién puede tener voz en el ámbito cultural. Se han implementado sistemas de audiencias abiertas, talleres accesibles, y charlas que invitan no sólo a consumirse de una manera pasiva, sino a participar activamente, poniendo la experiencia del espectador en un lugar completamente nuevo. En contraste, algunos sectores más conservadores critican que un evento como este promueva lo que ven como políticas divisivas y que sus mensajes puedan influir negativamente en las generaciones más jóvenes. Estos críticos sugieren que mezclar arte y política de esta manera puede erosionar, en lugar de enriquecer, el tejido social.
En este festival, la agenda feminista y la defensa de derechos humanos tienen un papel protagónico. Sostén el Corazón actúa como plataforma para que discursos marginales se posicionen en el centro de nuestro entendimiento sobre el mundo contemporáneo. Desde la representación de historias de migración, hasta narrativas sobre violencia de género, cada pieza en el festival es un grito de resistencia que busca no sólo ser escuchado, sino transformarse en acción real. Mientras tanto, el enfoque medioambiental se hace palpable no sólo en las obras en exhibición, sino en las prácticas sostenibles del evento, haciendo un esfuerzo consciente por minimizar su huella ecológica.
Para quienes participan, Sostén el Corazón no sólo es un momento de expresión, sino también de introspección. Sirve como recordatorio de que el arte tiene el poder de cambiar percepciones, de humanizar números fríos y crear conexiones emocionales con temas que muchas veces son considerados abstractos. Estos encuentros a menudo profundizan en cómo las generaciones jóvenes perciben sus identidades y sus derechos, y cómo desean moldear el futuro. Desde una perspectiva liberal, estos espacios son esenciales para cultivar una sociedad más abierta y empática, aunque siempre existirá el debate sobre hasta qué punto el activismo artístico puede o debe involucrarse en cuestiones políticas.
El impacto de Sostén el Corazón va más allá de sus asistentes. Las discusiones que nacen allí influyen en movimientos sociales más amplios y ayudan a sensibilizar sobre la diversidad de luchas sociales. Cada edición pone en el ojo público aquellos problemas que a menudo se minimizan o ignoran en los medios tradicionales. Valorado por muchos como un refugio de creatividad y cambio positivo, también seguramente continuará atrayendo tanto atención como crítica en el futuro.
Este festival sigue creciendo, adaptándose a los desafíos contemporáneos. En medio de voces disonantes, aún mantiene claro su propósito: crear un mundo más justo e inclusivo desde lo colectivo. Cada año es una nueva oportunidad para sostener el corazón de aquello que significa vivir con autenticidad y responsabilidad en una sociedad globalizada. Así, donde haya un corazón ansioso por resistir y transformar, Sostén el Corazón lo impulsará a latir con fuerza.