La Épica Odisea: Redescubriendo Ramayan de 1987

La Épica Odisea: Redescubriendo Ramayan de 1987

Hay pocas cosas tan épicas como la propia historia de los mitos. En 1987, India fue testigo de un fenómeno televisivo con el estreno de **'Ramayan**', una serie que capturó la imaginación de millones.

KC Fairlight

KC Fairlight

Hay pocas cosas tan épicas como la propia historia de los mitos. En 1987, India fue testigo de un fenómeno televisivo con el estreno de 'Ramayan', una serie que capturó la imaginación de millones. Creada por Ramanand Sagar, la serie se transmitió en Doordarshan y se basó en el antiguo poema épico hindú del mismo nombre que narra la vida de Rama, un príncipe valiente y justo, su esposa Sita, y el fiel hermano Lakshman.

'Ramayan' se convirtió en un evento social, llevando familias enteras a reunirse frente al televisor para seguir la narrativa inspiradora del dharma (justicia), sacrificio personal y la victoria del bien sobre el mal. Este enganchamiento masivo se debe no solo al carácter mítico de la serie, sino también a su relevancia. La serie surgió en un momento en que India estaba experimentando cambios económicos y sociales, lo que llevó a una búsqueda de identidad cultural. Retratar estas historias antiguas parecía una forma natural de volver a conectarse con los valores fundamentales.

La producción de 'Ramayan' no fue una tarea fácil. Con un presupuesto modesto, la serie tuvo que confiar en su narrativa poderosa y en las actuaciones estelares para impactar. Los roles de Rama, Sita y Ravan, interpretados por Arun Govil, Deepika Chikhalia y Arvind Trivedi respectivamente, se convirtieron en parte integrante del tejido cultural indio. Los actores no solo se involucraron en sus personajes, sino que también, de alguna manera, los encarnaron en la vida real. Cuenta la leyenda que cuando Arvind Trivedi, quien interpretó al demonio Ravan, apareció públicamente, algunos espectadores piadosos le demostraron su desaprobación debido a la relación simbólica entre el actor y su siniestro personaje.

A pesar de la devoción casi fanática que generó, no todos estaban de acuerdo con la glorificación de las tradiciones mencionadas en el 'Ramayan'. Críticos argumentaban que revivir mitos viejos podría impulsar narrativas patriarcales y justificar estructuras de poder desiguales. Además, señalaron que mientras la serie potenciaba un sentimiento nacionalista, también podía profundizar divisiones comunitarias en un país que todavía lidia con diferencias religiosas y culturales.

Por otro lado, es vital reconocer que historias como las del Ramayan pueden servir como herramientas poderosas para inspirar a generaciones jóvenes, siempre y cuando se aborde con una mente crítica y un compromiso con los valores universales de justicia, igualdad y humanidad. La clave está en aprovechar su potencial narrativo sin quedar atrapados en moldes anticuados.

Si bien para la audiencia internacional la saga de 'Ramayan' y las emociones que despierta pueden parecer lejanas, sigue siendo un ejemplo fascinante de cómo la televisión puede influir en la cultura popular y las percepciones sociales. En un mundo donde las series de televisión y plataformas de streaming tienen un alcance sin precedentes, es un buen recordatorio de que el contenido aún puede ser tanto un producto de entretenimiento como un espejo de los valores y tensiones de la sociedad.

La versión de 1987 del 'Ramayan' no solo marcó una era en la televisión india, sino que dejó una huella indeleble en la memoria colectiva del país. Aunque sus episodios pueden ser vistos a través de la lente nostálgica hoy en día, el impacto que tuvo entonces sigue resonando, ofreciendo reflexiones tanto para sus fans acérrimos como para aquellos que optan por abordarlo desde una nueva perspectiva. Tal vez la verdadera lección de 'Ramayan' radica en su capacidad para recordar de dónde venimos, mientras imaginamos hacia dónde nos dirigimos.