Cuando piensas en los vibrantes años 80, con su explosión de colores, sonidos y nuevas corrientes culturales, probablemente no imaginas una película como 'Perfecto'. Estrenada en 1985, esta película protagonizada por John Travolta y Jamie Lee Curtis se sumerge en el cautivador mundo de la cultura de los gimnasios y el periodismo sensacionalista en Los Ángeles. Dirigida por James Bridges, 'Perfecto' gira en torno a un periodista que, buscando la historia perfecta para su revista, descubre un universo de aeróbicos, motivación personal y un poco de superficialidad.
Los Ángeles de los 80 era un hervidero de tendencias, donde la apariencia y el bienestar físico ocupaban un lugar primordial en la mente de muchos. En medio de este escenario, 'Perfecto' captura el pulso de una generación obsesionada con el fitness mientras cuestiona el papel que los medios de comunicación juegan al alimentar estas obsesiones. Aquí tenemos a Travolta interpretando a un periodista que intenta navegar en un mundo extremo y artificial, forjando una historia con Curtis, quien personifica a una prometedora instructora de aeróbicos famosa en el circuito.
Lo que hace única a 'Perfecto' es su habilidad para ofrecer una crítica tanto a la cultura mediática como a la industria en crecimiento del fitness. Aunque algunos pueden argumentar que la película exagera los estereotipos de la época, en realidad ofrece una representación perspicaz de cómo las tendencias sociales influyen en las narrativas personales y colectivas. En aquellos años, la imagen de salud y éxito estaba estrechamente ligada a la apariencia física y los gimnasios se convirtieron en los nuevos centros sociales donde se dictaban estas nuevas normas.
Desde una perspectiva moderna, la película también suscita discusión sobre el continuo y a veces peligroso deseo de perfección física. Gen Z, una generación que enfrenta sus propios desafíos de imagen corporal influenciados por las redes sociales, puede encontrar un espejo revelador en 'Perfecto'. Tal vez el circulo de likes y validación virtual sea la versión actualizada desu búsqueda por aceptación y excelencia física que 'Perfecto' retrata en las rutinas de aeróbic y cintas de VHS.
Confieso que, mientras veíamos las secuencias de ejercicios en mallas brillantes, no pude evitar reflexionar sobre cómo gen Z podría reírse e identificarse simultáneamente. Más allá de la estética llamativa y de las bromas ocasionales, hay una resonancia triste y honesta acerca de las presiones internas y externas que todos enfrentamos.
Y así, entre giros de cadera y pesas ligeras, 'Perfecto' nos invita a considerar tanto la fugacidad de las modas culturales como la importancia de mantener una relación saludable con nuestro propio bienestar mental y físico. Da una perspectiva interesante sobre cómo una industria, aparentemente inocua, puede estar cargada de expectativas y juicios, algo que todavía vemos hoy en día. También provoca curiosidad sobre si realmente hemos progresado desde aquella visión superficial del bienestar o si simplemente lo hemos adaptado a nuevas plataformas y contextos.
Quienes defienden el espíritu de los 80 consideran que 'Perfecto' es un testimonio sincero de una época memorable, mientras que sus críticos pueden considerarla además un recordatorio sospechoso de la comercialización abrumadora de metas personales. Este debate interno en la impresión que deja la película hace que aún hoy genere conversación, tanto por nostalgia como por una cuestión de identidad cultural.
Quizás sea un buen momento para que la generación actual vea 'Perfecto', ya sea por mera curiosidad o para plantear un diálogo sobre lo que significa en 2023 vivir bajo la mirada crítica y omnisciente de cámaras, ya sean reales o virtuales. Al final del día, ciertamente podemos aprender mucho de cómo las obsesiones del pasado informan y a menudo reflejan las del presente.