Imagina llevar una imagen pequeña al costado de tu brazo que desate conversaciones e intriga a cada paso. Esto es, en esencia, lo que la 'marca lateral' está logrando en la cultura visual joven actual. Este fenómeno se ha visto principalmente entre los in y los it de la moda, en las consolidaciones de arte urbano y entre los creativos digitales que buscan desafiar las normas establecidas. La 'marca lateral' se define visualmente como una marca o motivo que se encuentra en los costados de productos o, curiosamente, cuerpos humanos. Esta tendencia ha ganado auge en círculos artísticos modernos, muchas veces etiquetada como una rebelión silenciosa contra las convicciones de lo uniforme.
Marca lateral no es solo un término que designa un logotipo, sino que es un símbolo de estilo y posición que, si bien discreto, es una declaración audaz. En un momento donde la marca personal se ha hecho uno con nuestra imagen social y profesional, este pequeño guiño a un logo interpersonal refleja una inclinación hacia la originalidad. La diferencia es que estas marcas son sutiles, se encuentran en los márgenes de nuestro campo de visión, preguntando por qué deberían conformarse con el enfoque central.
Desde tatuajes delicados hasta bordados artísticos en los costados de las prendas, las marcas laterales se han convertido en un lienzo en blanco para la autoexpresión. Algunos argumentan que este enfoque podría ser una manera de poner fin al ciclo de fast fashion, obligando a los consumidores a poner más pensamiento en el diseño. Otros critican que esto pueda solo perpetuar el consumismo envolviendo el producto con un aire aun más exclusivo.
Los críticos de este movimiento argumentan que la insistencia en una personalización de marca tan avanzada genera una separación entre quienes pueden acceder a estos productos exclusivos y quienes no. Existe una preocupación real sobre el posible impacto elitista que pueda tener el hecho de que estas marcas laterales salgan del círculo intimista de creativos y se vuelvan un estándar de aceptación. Resultaría en una exacerbación de un sistema donde el capital cultural está controlado por unos pocos.
Sin embargo, es importante reconocer cómo estas marcas traen consigo una forma de individualidad que la corriente principal había perdido en su afán de comercialización masiva. Para muchos en la generación Z, esta es una manera de conectar, incluso de una manera sutil, con un mensaje o una identidad que creen representar mejor que algo producido en serie.
Las marcas laterales han encontrado su terreno fértil principalmente en lugares donde las producciones culturales desafían las expectativas. Charlas políticamente conscientes, festivales de música independiente y ferias de arte emergente son solo algunos de los lugares donde una 'marca lateral' podría destacarse como un signo de autenticidad y resistencia.
Es curioso observar cómo esta idea ha cruzado fronteras culturales y geográficas como un catalizador de un enfoque nuevo y refrescante hacia el diseño y su consumo. Puede que estemos observando la génesis de un nuevo tipo de experiencia de consumidor; una en donde lo que llevas, aunque pequeño y lateral, cuenta lo suficiente como para que importes. Incluso si solo estás en la periferia de una cultura visual que se hace más compleja cada día, estas marcas son un recordatorio de que a veces los detalles secundarios pueden ser los más interesantes.