Hablemos de una película que muchos han pasado por alto, "Hermosa", un filme mexicano de 2011 dirigido por Ernesto Contreras. La historia tiene lugar en la vibrante y caótica Ciudad de México, y aunque no tuvo la promoción merecida, tiene una narrativa visual envolvente que capta la esencia de la vida urbana. La trama sigue a una joven llamada Berenice, interpretada magistralmente por la entonces debutante actriz Ana Claudia Talancón, quien se enfrenta a los altibajos emocionales de una vida marcada por la pobreza y la esperanza.
En "Hermosa", lo que brilla verdaderamente es la representación cruda y auténtica de la lucha diaria que viven muchos jóvenes en las ciudades de hoy. Contreras no se aleja del realismo social, mostrando cómo los sistemas económicos pueden fomentar la desigualdad, algo que resonará con las generaciones más jóvenes, especialmente aquellos interesados en la justicia social y los derechos humanos. El escenario urbano, lleno de contrastes y simbolismo, actúa como un reflejo del estado interior de los personajes.
La película también aborda la idea de la familia, no solo en su sentido tradicional, sino como una red de apoyo que se construye más allá de los lazos sanguíneos. Es un concepto con el que muchas personas pueden identificarse, especialmente aquellos que encuentran familia en sus amigos y comunidades. En medio de sus luchas diarias, Berenice se apoya en una comunidad de juventudes que, al igual que ella, enfrentan las adversidades con la fuerza de la unión y la solidaridad.
"Hermosa" no teme mostrar la brutalidad y la belleza del cotidiano, y en eso radica su atractivo. Nos invita a reflexionar sobre cómo las condiciones sociales no son obstáculos insuperables, sino retos que, con determinación y comunidad, pueden superarse. En esta narrativa nos encontramos con personajes llenos de matices, que representan ventanas a realidades a menudo ignoradas por el cine convencional y masivo.
Lo interesante de "Hermosa" es también su estilo visual. La cinematografía empleada es cercana al documental, con tomas extensas que permiten al espectador sentir la presencia tangible del barrio donde habitan los personajes. Esto no solo facilita un viaje visual, sino que también genera empatía hacia las circunstancias de los personajes. Ernesto Contreras utiliza esta técnica para envolvernos en un ambiente que, aunque brutal, también resulta vibrante y lleno de vida.
Por supuesto, no todos recibieron "Hermosa" con la misma aceptación. Hay quienes consideraron que su enfoque lento y contemplativo no cumplía con las necesidades de entretenimiento rápido que exigen las audiencias contemporáneas. Sin embargo, tal crítica también refleja un debate más amplio sobre qué tipo de historias merecen ser contadas y cómo se cuentan esas historias. En un mundo donde el cine de acción rápido domina la taquilla, "Hermosa" ofrece una alternativa para la audiencia que busca profundidad y significado en su cine.
En lugar de buscar apelar a las emociones efímeras, "Hermosa" busca quedarse en la memoria de quién la ve, invitándonos a cuestionar nuestra propia vida y entorno. Esto es algo que particularmente puede resonar con la Generación Z, que ya vive en un mundo lleno de incertidumbres y busca contenido que no solo inspire, sino que también motive a generar cambios. "Hermosa" es más que una película; es un testimonio poderoso del potencial transformador del cine.
La narrativa de "Hermosa" ofrece un mosaico de temas que incluyen la lucha por la supervivencia diaria en una gran ciudad, el sentido de comunidad, y la resiliencia del espíritu humano. Es una película que, aunque poco conocida, logra hacerse un espacio en la mente de quien se permite experimentarla, demostrando que el cine puede ser tanto un reflejo de las injusticias del mundo como un faro de esperanza.
Ernesto Contreras, conocido por su sensibilidad artística, entrega en "Hermosa" una obra que desafía las expectativas tradicionales del cine latinoamericano. Es una obra que anima a mirar más allá de la pantalla, hacia las vidas no contadas que habitan cada esquina del mundo urbano moderno. Si todavía no la has visto, "Hermosa" ofrece no solo una experiencia estética, sino una puerta hacia el entendimiento y la empatía humana en su forma más pura.