Si bien es un edificio donde hallarás más libros que personas, El Ateneo Grand Splendid es todo menos silencioso. Este icónico lugar, ubicado en Buenos Aires, Argentina, es una verdadera joya arquitectónica y cultural que ha conquistado el corazón de locales y turistas por igual, desde su apertura a principios del siglo XXI como librería. Sus pasillos disponen de páginas que han volado por generaciones y generaciones, resguardando historias aunque a veces los preserva, el recorrido por El Ateneo Grand Splendid es una experiencia tan espectacular como las funciones teatrales que una vez llenaron su escenario.
El Ateneo fue inaugurado como teatro en 1919 y se convirtió rápidamente en un referente de la vida cultural de la ciudad. Su arquitectura, diseñada por los arquitectos Peró y Torres Armengol, es una combinación de estilos que lo hace único. Con sus frescos en el techo, iluminaciones dramáticas y detalles ornamentales, el lugar todavía resuena con un eco de tiempos pasados, cuando los eventos en vivo animaban a la elite porteña. Sin embargo, su transformación en librería, llevada a cabo en el año 2000 por el empresario José Calderón, le ha permitido seguir siendo un faro cultural en la era moderna.
Los amantes de los libros no pueden resistirse a sus encantos. La planta principal alberga largas filas de estanterías, mientras que el auditorio contiene butacas convertidas en rincones de lectura. La antigua escena principal ahora reúne a jóvenes y adultos para lecturas, firma de autógrafos y charlas culturales. Las cortinas de teatro han dado paso a unas bibliotecas que parecen protagonizar una puesta en escena en la que el público solamente puede sentarse y dejarse cautivar por su contenido.
Para la Generación Z, que acostumbra a asociar la cultura a la inmediatez de las redes sociales, entrar en El Ateneo es descubir un mundo que no tiene celeridad digital. Es un legítimo portal en el que se detiene el tiempo, permitiéndonos conectar con voces del pasado y presente a través de las páginas impresas. Si bien son una generación que consume contenido a través de pantallas, al recorrer cada esquina de este espacio se despierta una curiosidad por entender cómo se disfrutaban las historias antes del surgimiento digital.
Muchos visitan este espacio no solo por la pasión hacia la literatura, sino para capturar en sus cámaras la majestuosidad de cada rincón. En un mundo donde una foto Instagram hace juzgar un lugar por su estética, El Ateneo Grand Splendid tiene el poder de atraer visitas de incluso aquellos poco inclinados a la literatura. Es decir, se convive entre el placer del libro y el deseo de compartir la belleza de lo tangible. Esta fusión encapsula una mentalidad que combina generaciones; una manera de encontrar lo nuevo en lo viejo.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con su transformación. Hay conservacionistas que lamentan que un teatro tan emblemático se haya convertido en un espacio comercial, por mucho que promueva la cultura. El Ateneo es una representación de cómo los espacios públicos pueden evolucionar para satisfacer nuevas necesidades, pero siempre hay quienes verán con nostalgia lo que alguna vez fueron. La resistencia a estos cambios muchas veces proviene del temor de que se pierda una parte esencial de la identidad cultural, un miedo completamente válido.
Aun así, cada año El Ateneo recibe a millones de visitantes de todas partes del mundo. Su popularidad forja un camino para otras librerías, demostrando que los libros todavía tienen un espacio en nuestra sociedad. Que cada compra, cada lectura, cada historia inhala una vida que revitaliza la presencia del lugar. En un país donde las aguas políticas suben y bajan con intensidad, un espacio como El Ateneo se mantiene como símbolo de resistencia cultural y apreciación artística.
El Ateneo Grand Splendid es mucho más que una librería, es un testamento a la capacidad de las sociedades para transformarse sin perder su esencia. Ofrece una apacible ilusión de estar rodeado por las historias del mundo en un lugar lleno de resonancias del pasado. Estés donde estés en el mundo, la idea de un espacio donde el pasado y el presente se fusionan tan armoniosamente es motivo suficiente para mantener viva la llama de la literatura y la cultura.