¡Quién dijo que el hielo solo se veía en la Antártida! En los Juegos Paralímpicos de Invierno 2022, que tuvieron lugar en Beijing, China, del 4 al 13 de marzo, Chile brilló con luz propia, desafiando los límites del deporte y la percepción que muchos chilenos tienen sobre los deportes invernales. Una delegación compuesta por un grupo de valientes atletas mostró al mundo entero que sus habilidades no paran frente a las bajas temperaturas. Fue un evento especial, no solo porque fue uno de los pocos a nivel mundial que se realizaron de manera presencial en la era post-pandemia, sino porque se llevó a cabo con un emotivo simbolismo de inclusión y tenacidad.
Chile hizo su historia con dos guerreros de la nieve, Diego Seguel y Nicolás Bisquertt. Aunque en un inicio, Chile no cuenta con una tradición fuerte en deportes invernales, estos atletas dieron un paso audaz al competir en disciplinas tan exigentes como el esquí alpino. Sin embargo, su participación fue más allá de simplemente representar al país; fue un fuerte mensaje de inclusión, perseverancia y la ruptura de barreras para los atletas con discapacidad. En la coyuntura actual, donde el individualismo a menudo impera, su esfuerzo nos recuerda cuánto podemos aprender de quienes luchan más allá de sus limitaciones.
Seguel, quien perdió una pierna en un accidente vehicular, es un ejemplo viviente de superación. Comenzó a esquiar a los 18 años después de su accidente, y se apoyó en su familia y amigos para seguir adelante. En Beijing, decidió competir en el gigante eslalon de esquí alpino, una disciplina que requiere una técnica impecable y gran concentración. Aunque no consiguió medalla, su valentía y esfuerzo son motivos suficientes para celebrar su participación y el paso que representa para futuros atletas chilenos.
Por otro lado, Bisquertt, quien compite en esquí nórdico, también mostró una impresionante tenacidad. Empezó a practicar este deporte cuando solo tenía un sueño por alcanzar y demostró que con determinación y entrenamiento constante, lo imposible puede hacerse posible. En un deporte que exige resistencia y estrategia, Nicolás dio una lección de perseverancia a toda una generación de jóvenes que pueden encontrar en él una figura inspiradora para superar obstáculos.
Es importante reconocer que Chile, con una tradición más caribeña que nórdica, enfrenta desafíos significativos en promover y apoyar este tipo de deportes. La infraestructura limitada y la falta de apoyo del Estado son claros obstáculos. Sin embargo, estos problemas no han mermado el espíritu indomable de sus atletas. En un mundo ideal, el Estado proporcionaría más subvenciones y se construiría la infraestructura necesaria para que estos deportes florezcan, pero hasta que eso ocurra, los atletas dependen de sus propios recursos y del apoyo de comunidades locales y algunas empresas privadas que, poco a poco, empiezan a mostrar interés en patrocinar historias de vida como estas.
La presencia de Chile en eventos de esta naturaleza también invita a reflexionar sobre la importancia de la inclusión en el deporte. Aunque tradicionalmente estos eventos han estado dominados por países con climas adversos y mayores recursos económicos, la participación de naciones como Chile muestra un avance en el escenario mundial, donde más voces y cuerpos son reconocidos, dando lugar a una mayor diversidad de narrativas.
El resultado de estos juegos no necesariamente puede medirse con medallas o con el lugar en la clasificación, sino en cómo inspiraron a una nación entera a mirar hacia el futuro con nuevas oportunidades. Para gran parte de la generación Z, que disfruta un deporte vibrante más de lo que jamás hubiera imaginado, las redes sociales fueron un canal perfecto para difundir los logros de Seguel y Bisquertt, quienes se convirtieron en símbolo de resistencia y diversidad. Durante esos días de marzo, el hielo fue nuestro aliado y espejo de un futuro que aún está por esculpir en nuestra mente colectiva.
La hazaña de Chile en los Juegos Paralímpicos de Invierno 2022 no es apenas otra noticia deportiva, sino que representa un cambio cultural y un paso hacia la inclusión. En un planeta donde las crisis políticas, climáticas y sociales parecen dividirnos, el deporte sigue siendo un recordatorio de nuestro potencial para unirnos a pesar de las diferencias. Y como bien demuestran estos valientes atletas, las fronteras son solo el trampolín para un salto hacia lo increíble.