En un rincón del mundo donde la esperanza florece en los lugares más inesperados, "Bekas" nos sumerge en la vida de dos hermanos huérfanos, Zana y Dana, que viven en la ciudad kurda de Kurdistán, a principios de los años 90. Esta película, dirigida por Karzan Kader y estrenada en 2012, no se centra en los complejos tejemanejes políticos que suelen rodear aquella región; en cambio, narra una historia sencilla pero profundamente conmovedora de infancia y sueños.
Zana y Dana son dos niños con un objetivo claro: llegar a América y conocer a Superman, quien según ellos, es el único que puede ayudarlos a superar las adversidades que enfrentan en su entorno. Es su amor por este héroe ficticio lo que impulsa a los hermanos a embarcarse en una travesía épica llena de desafíos y descubrimientos. La película retrata con agudeza la dualidad entre la inocencia infantil y la cruda realidad que enfrentan al no tener un hogar seguro, en medio de un contexto político complejo.
A pesar de su durísimo entorno y las penurias económicas, "Bekas" logra hacer resonar la fantasía y la esperanza, sirviendo de ejemplo para muchos jóvenes que, al igual que Zana y Dana, sueñan con algo mejor. La personalidad de los hermanos es carismática y la relación entre ellos es emotiva. Su espíritu inquebrantable anima al espectador a cuestionarse cómo sería vivir una infancia bajo obstáculos gigantescos, pero con valor y risas.
Esta historia está teñida de una mezcla de tragedia y comedia, una montaña rusa emocional que refleja, con fidelidad, la realidad de muchos niños en zonas de conflicto. Los momentos de humor, basados en la actitud juguetona y a veces testaruda de los niños, aligeran la carga emocional de la historia. Por otra parte, los momentos de tensión y peligro resaltan la necesidad de estos hermanos de protegerse entre sí, a pesar de la adversa situación.
Describir "Bekas" como una crítica política sería un malentendido. Karzan Kader presenta un film que sí dibuja una estampa del contexto sociopolítico, pero sin moralizar ni focalizarse en ello. Más bien, "Bekas" es una oda a la resiliencia humana y un testimonio sobre crecer demasiado rápido cuando la vida obliga. La dirección de Kader destaca por su habilidad para contar una historia conmovedora con un trasfondo emocional profundo, haciendo un uso impactante de la cinematografía para capturar la belleza y la dureza de Kurdistán.
Es curioso cómo una road movie protagonizada por dos niños puede transmitir tanto sobre la condición humana. Mediante los ojos de estos dos hermanos, el espectador recibe un vistazo de las adversidades enfrentadas por aquellos que viven en medio del conflicto, pero es también un rayo de esperanza y el recordatorio del poder del sueño americano, no como una promesa vacía, sino como un faro de posibilidades.
La empatía hacia los personajes es fácilmente cultivada debido al guion bien estructurado y las actuaciones sinceras de los protagonistas. Si bien algunos pueden argumentar que la película es una visión simplificada de una región compleja, otros encuentran en ella una representación veraz de las emociones humanas, mostrando que en cualquier rincón del mundo, los sueños y la búsqueda de una vida mejor son universales.
"Bekas" resuena especialmente con la Generación Z, una generación marcada por el activismo y la globalización. Los ideales de cambio, superación personal y lucha contra las injusticias hacen que "Bekas" se sienta relevante y poderosa. La situación de los hermanos, sus desafíos y su ingenio para sortearlos de manera casi mítica, es un llamamiento para recordar las causas humanitarias que deben ser atendidas, tanto políticas como individuales.
Finalmente, "Bekas" es más que una simple película; es una invitación a mirar más allá del ruido del conflicto y ver el rostro de aquellos que a menudo son ignorados. Es un recordatorio de que el cine no solo entretiene, sino que también puede educar, concienciar y desatar una conversación vital sobre la justicia social. La historia de Zana y Dana es una prueba de que, aunque la vida sea a veces un juego injusto, hay héroes de carne y hueso entre nosotros que luchan cada día por un futuro mejor.