Lincoln: Más Que Una Figura Histórica en el Cine

Lincoln: Más Que Una Figura Histórica en el Cine

La película de 1930 sobre Abraham Lincoln es una exploración fascinante de un líder icónico en la encrucijada política y social de los Estados Unidos pre y post-Guerra Civil.

KC Fairlight

KC Fairlight

¿Qué tienen en común el sentido de justicia, el liderazgo y una imponente figura presidencial? ¡Exacto! Abraham Lincoln, una figura histórica cuyos valores y múltiples facetas fueron explorados en la gran pantalla en la película de 1930 dirigida por D. W. Griffith. Este film, titulado simplemente "Abraham Lincoln", es un relato biográfico que intenta desglosar la complejidad del decimosexto presidente de los Estados Unidos.

Estrenada justamente el 25 de agosto de 1930, "Abraham Lincoln" fue una de las primeras películas que abordó la vida de este famoso estadista. La historia transcurre en un Estados Unidos post y pre-Guerra Civil, ubicado en sus encrucijadas políticas y sociales, y trata de capturar la esencia de una figura tan respetada y debatida como la de Lincoln. La película se centra en su vida, desde su juventud hasta su papel decisivo en la abolición de la esclavitud, pasando por sus años como líder en tiempos de guerra.

Lo cierto es que esta película fue un ambicioso proyecto que pretendía honrar al presidente al tiempo que luchaba con las limitaciones del cine sonoro emergente de la época. En un mundo donde la sociedad estaba polarizada y las luchas de clases eran cada vez más evidentes, la película intentó humanizar a un líder que muchas veces es más una estatua de bronce que una persona real.

Uno de los aspectos más interesantes de "Abraham Lincoln" es cómo aborda la figura del presidente. La película ofrece una narrativa más centrada en su humanidad e ideales antes que en su mitificación, algo inusual en una época donde este tipo de películas se inclinaban hacia la idealización de sus protagonistas históricos. En el film, podemos ver a un Lincoln que vacila, duda, celebra sus victorias, y enfrenta sus derrotas, dándonos una perspectiva más accesible sobre alguien que solía ser considerado casi divino.

Sin embargo, es importante también señalar las críticas hacia la película. En su afán por rendir homenaje a Lincoln, algunos aspectos históricos y políticos quedaron simplificados o simplemente ignorados. Por ejemplo, en el contexto de la época en la que fue filmada, el cine estadounidense no siempre hizo justicia a la diversidad cultural y política del país, reflejando a menudo las tensiones raciales y el temor a afrontar una narrativa que podría poner en cuestión los valores fundacionales del país.

Desde un punto de vista más técnico, las técnicas cinematográficas en "Abraham Lincoln" se limitan a los rudimentos del cine sonoro, como diálogos algo rígidos y planos estáticos que ciertamente no llevan bien el paso del tiempo. Sin embargo, la actuación de Walter Huston en el papel de Lincoln fue notable y trajo dimensión y profundidad al personaje. El guion, aunque en ocasiones parecía un tanto forzado, fue eficiente en capturar conversaciones e interacciones que reflejaban las luchas internas y externas de Lincoln.

A pesar de sus flaquezas, la película de 1930 abre un debate sobre el arte como un espejo de su tiempo, revelando cómo el cine también es una herramienta para educar y orientar percepciones históricas. Al observar esta obra, se puede evaluar no solo el discurso sobre Lincoln, sino también la manera en que los directores de la época percibían y querían representar el progreso social y político.

Finalmente, "Abraham Lincoln" es un recordatorio de la influencia que el cine puede tener en moldear las percepciones públicas. Una figura como Lincoln, representada una y otra vez en el cine y la televisión, demuestra la complejidad del legado histórico y cómo este se adapta a las necesidades de cada generación. Si bien algunas interpretaciones pueden resultar problemáticas o incompletas, son esfuerzos valiosos en la lucha continua por comprender el impacto de nuestras historias compartidas.

En definitiva, mientras que los jóvenes de la Generación Z pueden encontrar la película algo desfasada en términos de narración, les ofrece una oportunidad para apreciar los cimientos culturales y políticos sobre los que se construye gran parte de su mundo actual. Es un ejercicio óptimo para poner en contexto qué distancia hemos recorrido desde entonces y cuánto más nos queda por avanzar para construir sociedades más justas, inclusivas y solidarias.